Corredor de la Plástica Mexiquense, un homenaje a los grandes pintores del estado

El Corredor de la Plástica Mexiquense se conforma de tres museos que exhiben el talento de tres extraordinarios artistas —José María Velasco, Felipe Santiago Gutiérrez y Luis Nishizawa—, además de dar cabida a otros pintores para que tengan la presencia necesaria e impulsar sus carreras y ofertarle al público visitante nuevas propuestas.

En este nuevo espacio, administrado por la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México, las salas están conectadas por un pasillo que lleva a los visitantes a conocer la obra de estos reconocidos pintores, así como piezas de artistas plásticos de otras regiones del país e incluso del extranjero.

Los tres museos del Corredor de la Plástica Mexiquense están ubicados en la histórica esquina de las calles Sebastián Lerdo de Tejada y Nicolás Bravo. Uno de ellos es el Museo del Paisaje “José María Velasco”, dedicado a la máxima figura del paisajismo mexicano del siglo XIX que muestra parte de la obra de quien lograra plasmar, vívida y detalladamente, las bondades de la naturaleza en sus pinturas.

En sus creaciones destacan su técnica y trazos únicos, además de una gran luminosidad con la que logró describir gran parte de la geografía mexicana, hecho que lo llevó a brillar a nivel internacional.

Una de sus obras más emblemáticas es la titulada “Autorretrato”, la cual se encuentra resguardada en este recinto y fue realizada cuando tenía 24 años. En ella se ve su destreza en el manejo del color y refleja su personalidad.

Otras de sus pinturas que forman parte del acervo de este lugar son “Vista de la ciudad de Tlaxcala”, “Pirúes de Tepeyac”, ”Estudio de desnudo”, “La fundación de Tenochtitlán” y “El cura Hidalgo en el Monte de las Cruces”.

En el Corredor también se encuentra el Museo del Retrato “Felipe Santiago Gutiérrez” que le rinde homenaje a este artista, originario de Texcoco, por la importancia de su obra a nivel internacional. Éste preserva una colección significativa de sus dibujos y pinturas desde su época de estudiante en la Academia de San Carlos, así como docente en el Instituto Científico y Literario (ICLA). De igual forma, se exhiben piezas representativas de personalidades que siguieron su escuela o que destacaron en el siglo XX.

Entre sus creaciones más emblemáticas está “La cazadora de los Andes”, un óleo cuya temática no había sido explorada por ningún pintor mexicano; por ello, es considerado el primer desnudo del arte de este país. La posición de la mujer es poco común en el cuadro y requiere de gran manejo de las dimensiones y perspectiva.

Dos retratos de la artista Matilde Zúñiga, hechos por Felipe Santiago Gutiérrez, también forman parte del acervo de este museo y son una muestra fiel de esa gran sensibilidad que, como el mejor retratista del Estado de México del siglo XIX, dejó plasmada en sus cuadros.

El último recinto que conforma el Corredor de la Plástica Mexiquense es el Museo Taller Luis Nishizawa, dedicado a homenajear la vida del pintor mexicano, así como su labor como profesor de artes; fue él mismo quien al respecto dijo: “Les doy clases a los jóvenes porque me retroalimentan; sé cómo piensan, he convertido mi museo en un centro de cultura”.

Este espacio resguarda una vasta obra de quien fuera considerado uno de los mejores paisajistas de México, a la altura de Velasco y el Dr. Atl, y en las salas se exhiben piezas como “Iztaccíhuatl”, hecha con la técnica del temple, fechada en al año 2000 y que mide 100 x 190 centímetros.