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Sinaloa, encerrados como en pandemia

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

La violencia en todo el estado de Sinaloa se ha incrementado de una manera exponencial, gran parte de la ciudadanía está aterrada por los enfrentamientos que se están dando. 

Desde hace un par de semanas, la gente no vive tranquilamente y ha tenido que cambiar su vida para poder sobrevivir.

Me decía una empresaria que no podía cumplir con sus pedidos porque había balaceras y las empresas de paquetería no estaban llegando a ciertas rutas.

Su comentario fue: “Estamos como en pandemia”, refiriéndose a que muchos ciudadanos están literalmente encerrados en sus domicilios para no encontrar una balacera o un fuego cruzado en su camino.

Muchos estudiantes no están yendo a la escuela, su seguridad no se puede garantizar.

“Prefiero que reprueben a mi niño y el año que entra lo recupera, ni modo, prefiero a mi hijo reprobado que verlo muerto”, es el pensamiento de muchos padres de familia en Culiacán, Sinaloa, donde la violencia no cesa desde hace dos semanas.

Hace cinco días, la secretaria de Educación de Sinaloa (SEPyC), Catalina Esparza, transmitió en vivo un video realizando un recorrido por la Secundaria Técnica No. 1. En ese momento reclamó la inasistencia del personal educativo en las escuelas, indicando que ella estaba ahí, que todo estaba seguro y que luego no reclamaran que no se les hacía caso.

Mientras la funcionaria trasmitía el video en la secundaria diciendo que no había peligro, afuera, en las calles, reportaron tres homicidios y una mujer herida por bala en Culiacán, además de enfrentamientos entre civiles armados en El Dorado.

Por la violencia se habían suspendido las clases de manera oficial y el gobierno estatal dijo que se reanudarían las clases para el martes 17 de septiembre.

Eso fue hace más de una semana y hoy la seguridad no se puede garantizar. Continúan los bloqueos, hay vehículos incendiados, ejecuciones y secuestros, incluso de menores de edad.

No hay garantías para nadie, por eso el personal académico de todos los niveles y padres de familia prefieren que no se acuda a los planteles educativos.

Hace unos días, un menor de edad se encontraba deambulando cerca de una escuela, según los reportes, un comando se llevó al adulto que acompañaba al menor en la comunidad La Campiña, Culiacán.

Este lunes 23 de septiembre fue la nueva fecha pactada por autoridades escolares, el gobierno estatal y padres de familia para que niños, niñas y adolescentes regresaran a las aulas en las escuelas de nivel básico, medio y superior en la capital sinaloense; sin embargo, más del 90% prefirió no arriesgar la vida de su hijo.

Muchas escuelas estuvieron vacías, en algunos casos sólo llegaron 10 o 15 niños ante el miedo de que una bala perdida llegara al salón.

Enfrentamientos en las calles de Culiacán

Policías estatales durante una balacera en Culiacán, el pasado 21 de septiembre.Foto: Cuartoscuro

Y es que el enfrentamiento dentro del Cártel de Sinaloa para ver quién se quedará con el control ha dejado decenas de muertos, y esta violencia se va a extender a muchas otras partes del país, donde el Cártel de Sinaloa tiene presencia.

La guerra que hay entre los hijos de Guzmán Loera y su gente, Los Chapitos, o la gente de Ismael El Mayo Zambada, Los Mayos, es a muerte, sin importar que gente de la sociedad civil, que no está metida con ningún grupo criminal, pierda la vida, incluso menores de edad.

 Tan sólo el fin de semana el reporte fue de 16 asesinatos, con cuerpos abandonados en la vía pública, cinco de ellos tenían sombreros en la cabeza, un símbolo que significa que fue un ajuste de cuentas por parte de sicarios de Ismael El Mayo Zambada.

El pasado domingo 22 de septiembre hubo otro reporte de la presencia de hombres armados en varias colonias, un día antes se había dado un operativo en la zona Tres Ríos, la misma donde se realizó el operativo fallido contra Ovidio Guzmán López en octubre de 2019, el famoso “culiacanazo”.

En ese operativo, que en un principio se pensaba que se había dado por la detención de uno de Los Chapitos, lo cual resultó información falsa, sucedió porque elementos del Ejército y Guardia Nacional iban por el operador de Los Chapitos, Jorge Humberto Figueroa El Perras o El 27, y ésa fue la razón de la movilización cerca de una plaza comercial, con soldados apuntando con sus armas.

No se logró la captura de El 27, porque pudo escapar por la red de drenaje.

Este fuego cruzado fue presenciado por decenas de civiles, incluidos niños.

Muchos niños en Sinaloa han tenido que aprender a esconderse debajo de sus pupitres por el ruido de helicópteros y balas, como sucedió la semana pasada, en la Técnica 90, cuando una decena de adolescentes, junto a maestros y personal administrativo, reportaron en redes sociales que se encontraban asustados debido al paso constante de dos helicópteros y el ruido de balaceras cerca de la escuela.

Este lunes, el gobernador Rubén Rocha Moya hizo un llamado a los padres de familia, les pidió tener confianza de dejar a sus hijos en las escuelas y que deben apropiarse de sus espacios, que a los maestros ni los están amenazando, y habló de cumplir con las obligaciones de padres de familia y docentes para brindar educación.

Lo cierto es que el gobernador Rocha Moya se maneja con un convoy de seguridad enorme, decenas de personas de seguridad lo cuidan, su camioneta es blindada y la gente que tiene que salir de sus casas o llevar a sus hijos a la escuela no cuentan con esa seguridad personal.

Esta violencia ha afectado la salud física y emocional de la gente que vive entre enfrentamientos y balas perdidas.

Mucha de la gente que vive en Sinaloa no puede salir de sus casas, como bien lo describió la empresaria con la que platique: “Estamos viviendo como en pandemia”, sí, la gente se ha tenido que encerrar para sobrevivir.