Persiste el caos en las horas pico

Cierre parcial de L1 del Metro altera la movilidad

Suspenden servicio en 11 estaciones en julio, para su rehabilitación; es la antesala de la modernización del sistema, dice responsable del proyecto

Desde los primeros días hubo aglomeraciones, lo cual aún ocurre por las mañanas. Foto: Cuartoscuro

El señor Alberto camina a las afueras de la estación Salto del Agua, preguntando en dónde sale el camión que lo lleva a San Lázaro.

A cinco meses del cierre de 12 estaciones de la Línea 1 del Metro, la más antigua de este medio de transporte, el caos en horas pico y las dudas sobre las rutas alternativas todavía mantienen en vilo a los miles de capitalinos que cada día hacían uso de este medio de transporte.

La rehabilitación de la línea más concurrida de la ciudad, que arrancó su primera etapa a mediados de julio, alteró la movilidad en la capital. Provocó demoras en los tiempos habituales de transporte, enormes filas y aglomeraciones, sobre todo en estaciones como Pantitlán, San Lázaro y Balderas, pero también “esperanza” para algunos ciudadanos, como el señor Alberto, quien anhela que esta remodelación traiga “verdaderas mejoras al servicio”.

“Nunca me había tocado un cierre así, yo viajo siempre mucho en Metro, pero en todos estos años nunca se habían preocupado por cambiarlo todo, entonces ojalá que así como se cerró, que haya verdaderas mejoras”, contó a este medio.

Desde el 11 de julio de este año, primer día del cierre del tramo que corre de Pantitlán a Salto del Agua, permeó la confusión en distintas avenidas y puntos de la ciudad, lo que dio cuenta de la importancia que tiene este medio de transporte y particularmente esta línea, en la movilidad de los capitalinos.

Desde su inauguración hace 53 años, en 1969, nunca se había hecho una remodelación tan exhaustiva, pese a que superó su vida útil hace más de una década.

La confusión y los retrasos en este medio de transporte a causa del cierre de su línea más importante se suman a los constantes incidentes ocurridos en las distintas líneas, que han obligado a suspender el servicio por largos períodos o incluso el desalojo de pasajeros.

Dos de los casos más sonados ocurrieron en noviembre pasado, cuando se paralizaron los trenes durante más de 20 minutos en la estación Guerrero de la Línea B, por presencia de humo. Lo mismo ocurrió en la estación Zapata de la Línea 3, en la que usuarios reportaron humo y olor a quemado. El 22 de septiembre también se reportó un incidente entre las estaciones San Lázaro y Morelos de la Línea B, que ocasionó temor entre los usuarios, que en un primer momento alertaron de un supuesto “descarrilamiento”; sin embargo, el propio Metro informó que se trató del desprendimiento de la ménsula de una charola.

David Escalante Sánchez, coordinador de Planeación del proyecto de modernización de la Línea 1, consideró que la renovación —en la que participa el consorcio CRRC, la empresa china fabricante de trenes más grandes del mundo— es un proyecto “muy grande”, que podría considerarse la “antesala” de la modernización de todo el Metro.

Para el servidor público, la renovación ha implicado el trabajo “arduo” de miles de personas, las cuales también han ido aprendiendo en el camino, para mejorar los procesos.

“Lo que hacemos todos los días es coordinar la logística de la obra, de hecho, la hemos cambiado; estar en la obra nos ha permitido aprender y mejorar procesos”, explicó a La Razón.

En los últimos cinco meses, alrededor de dos mil personas, entre ingenieros, operadores certificados y albañiles, apoyados por más de 60 equipos de maquinaria, han puesto manos a la obra para trabajar en todos los frentes a la vez: desde la parte de vías hasta la reparación de muros y drenajes, entre otros detalles.

Polémica con DNV termina con finiquito del contrato

A la par que avanzaba la rehabilitación de la Línea 12 del Metro, tras el colapso ocurrido en mayo de 2021, en el que murieron 26 personas, el Gobierno de la Ciudad de México anunció la rescisión del contrato con la empresa noruega DNV, encargada del peritaje de la obra, lo que causó polémica.

En mayo —en el marco del primer aniversario de la tragedia— tras advertir “inconsistencias y contradicciones” técnicas en la tercera entrega del peritaje, así como un cambio en la metodología que la empresa había usado en los dos primeros reportes, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dio a conocer que su administración se encontraba inconforme con los resultados del documento, por lo que rechazó la versión que se les entregó.

El anuncio del fin del contrato lo dio a conocer de forma oficial la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil el 12 de octubre, luego de que ambas partes llegaron al acuerdo de que las autoridades no pagarán por la Fase III del reporte ni habrá demandas mutuas de ningún carácter.