Unen literatura y danza

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Inspirada en obras de autores como los poetas Vicente Huidobro y William Blake, así como el novelista y filósofo Albert Camus y el escultor Rodin, la coreografía La caída plantea la desesperanza de la vida moderna, pero también expone un dejo de esperanza para salir de esa angustia existencial que se vive en la actualidad.

En la puesta en escena de la coreógrafa Lola Lince, en colaboración con la artista japonesa Natsu Nakajima, si bien, el lenguaje corporal que predomina es el de la danza contemporánea, incorpora elementos del butoh.

“De alguna manera sí hay elementos de la danza butoh, pero la síntesis de toda esta información corporal que traigo y lo que se fue generando es una suerte de híbrido no es un vocabulario a partir del butoh”, detalló a La Razón Lola Lince, directora de la Compañía de Danza Experimental.

Durante la puesta en escena el espectador podrá encontrar referencias al célebre poema Altazor, de Vicente Huidobro;  a La caída, de Albert Camus; a Salmo de la estrella de la mañana, de Oscar V. de l. Milosz; y hasta el grupo escultórico creado por Rodin, La puerta del Infierno.

La coreografía “tiene muchas capas, una capa pareciera muy abstracta, pero sí hay una suerte de narrativa. La pieza se estructura en tres escenas que forman una serie de pasajes. Una es el paraíso recordado, la reminiscencia de una analogía de la infancia como un estado dorado; la dos es la caída como una especie de canto y experiencia; y la tercera es el paraíso perdido, una alusión a estos pulsos de la poética de John Milton y su poema El paraíso perdido.

"Ha sido inspiración la mirada desencantada que tiene de la modernidad Alberto Camus en su novela La caída. A partir de esta mirada es que me he planteado la posibilidad de que a pesar de este desencantamiento del mundo, de esa visión un tanto nihilista, está la posibilidad de encontrar una salida a este desencantamiento”

Lola Lince

Coreógrafa

Esta escena es muy plástica, me inspiré en La puerta del infierno de Rodin. Dentro de estas tres escenas se entretejen pasajes de manera no lineal”, explicó.

Para la coreógrafa, la puesta en escena es ambiciosa ya que fusiona lo teatral con lo dancístico donde no se notan “las costuras” entre lenguajes, que abarcan también el del sonido y el de la luz, para hablar del hombre contemporáneo, de la fragilidad, de su esencia, de las batallas y los sueños, convocan do la emotividad y la poesía del movimiento con ricas y expresivas imágenes contundentes, cautivadoras.

Otra de las características del montaje es que conjunta a intérpretes de distintas entidades, experiencias y formaciones (danza y teatro), ya que este proyecto surge a partir de unas residencias que realizó Lola Lince durante tres años.

“El elenco se fue formando a partir de una serie de residencias que estuve dando durante tres años… El reto ha sido muy grande, era generar la forma y vocabulario, y unificarlos, aunque vengan de distintas edades y experiencias. Hay intérpretes de San Luis Potosí, Guadalajara, de San José Costa Rica, Ciudad Juárez, Ciudad de México, Guanajuato”, detalló la creadora.

Para crear este ambiente de desolación, desesperanza e ilusión, hay música compuesta especialmente para la pieza, pero también composiciones de japoneses y de clásicos como Bach.

La Caída se presenta a partir de este viernes 25 de enero hasta al próximo 27 en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario de la UNAM.

Inspirada en textos emblemáticos

El montaje hace referencia a la poesía y la filosofía.

Altazor, de Vicente Huidobro

La caída, de Albert Camus

Salmo de la estrella de la mañana, de Oscar V. de l. Milosz

La caída

Dónde: Sala Miguel Covarrubias

Cuándo: Del 25 al 27 de enero

Horario: Viernes y sábado 19:00, domingo 18:00

Localidades: 80 pesos

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