Funciones en el Palacio de Bellas Artes

Danza de Itzik Galili rinde homenaje a Pérez Prado

En El balcón del amor, el coreógrafo israelí se inspira en la clásica historia de Romeo y Julieta; comparte que esta música, con la que se reencontró durante un viaje a La Habana, le recuerda a su infancia

El balcón del amor con la CND. Foto: Carlos Mora, La Razón

La canción melancólica “Historia de un amor” es el preámbulo de El balcón del amor, del coreógrafo israelí Itzik Galili; sin embargo, lo que pareciera ser una obra nostálgica pronto se convierte en una danza entre festiva y de añoranza: bailarines saltan, gritan, se mueven de manera sensual o en otras con comicidad, disfrutan y gozan, mientras se escuchan temas del Rey del Mambo, Dámaso Pérez Prado, entre estos “Cerezo rojo”.

La coreografía de Galili, ejecutada por bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND) es un homenaje a Dámaso Pérez Prado, quien le recuerda su infancia, cuando su mamá, una migrante israelí en España escuchaba la música del Rey del Mambo en aquella época.

Una música con la que se reencontró hace poco más de una década en un viaje en La Habana y decidió hacer una pieza inspirada en ésta, al darse cuenta que “es atemporal: varias generaciones la escuchan y hoy en día la encontramos en lugares públicos, no sólo en Cuba o México, sino en Estados Unidos y Europa”, explicó en entrevista con algunos medios de comunicación, después de un ensayo en el Palacio de Bellas Artes.

La obra, inspirada en la clásica historia de Romeo y Julieta, es protagonizada por una especie de Romeo contemporáneo y nerd, quien persigue a su amada, a veces lográndolo y otras sufriendo cuando ella se aleja. De momentos su Julieta está de manera física con él, pero en otras ella es una luz que se le escapa, al grado que llega a cuestionarse: “¿Está mal buscar a ese gran amor?”.

“Esta coreografía relata algunas historias, toca ciertos temas, como el amor, pero al final de cuentas ¿qué es el amor?, cada uno tiene diferentes interpretaciones. Mi intención es conjugar todo esto en una sola cosa y darle un significado específico en la coreografía, pero el público dará su propia versión”, detalló Galili.

Para el coreógrafo, El balcón del amor es una invitación a dejarse llevar por la música, los efectos de iluminación y expresión corporal de los bailarines, más allá de buscar una interpretación específica.

“Creo que por sí mismo el movimiento debe expresar, es dejarse sentir y abrazar por la obra”, apuntó Galili, y, en efecto, su coreografía provoca una serie de emociones, desde la alegría hasta la nostalgia. Además de incluir elementos de ironía o comedia.

Hay, por ejemplo, un dueto con el tema “Quizás, quizás, quizás”, de Óscar D’León, en el cual un hombre homosexual trata de conquistar a un varón que lo rechaza; un trío pensado especialmente para México por el coreógrafo israelí y un epílogo con la composición musical “Bésame mucho”, de Consuelo Velázquez, interpretado por Lisa Ono.

“Hay partes de la pieza en que se baila en parejas, se cambian los papeles, algunos bailarines caen al piso o gritan, pero todo es parte del carácter de la obra, un carácter juguetón, irreverente y, al mismo tiempo, sensual”, compartió.

Para Galili era de suma importancia que los bailarines llegarán a sus máximas posibilidades y también se dieran la oportunidad de experimentar, así como él lo hizo en esta coreografía.

El balcón del amor se presenta en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, como parte del programa de la Compañía Nacional de Danza, que también incluirá la Suite de Raymonda.

  • Cuándo: 13, 15, 17 y 20 de noviembre
  • Dónde: Sala Principal del Palacio de Bellas Artes
  • Horarios: domingos 17:00 horas; martes y jueves 20:00 horas