Miguel Peraza nervaduras del omniverso

Norma Salazar, investigadora literaria, escritora y periodista cultural que colabora cada semana en el periódico Opinión de Yucatán, nos presenta la obra del escultor Miguel Peraza, quien cumple ahora casi 50 años de labor ininterrumpida en los combates con la piedra, con minerales, aún con fierros retorcidos. En palabras de Salazar, “Peraza es un escultor periférico que ha dejado huella en el arte que lo ha llevado a explorar rompecabezas con los recovecos más ocultos de la creatividad humana”

La casa de dios. Fotografía de Emilio Alvarado. Foto: Crisol de Sueños

Estamos en tiempos agitados por sus contextos y sucesos en todo el mundo. Ante tal panorama, un desahogo, por nombrarlo coloquialmente, se encuentra en la presencia de las artes.

No es de extrañarse que el arte evolucione en estos tiempos modernos. Entre algunas disciplinas humanísticas dentro del ámbito de las artes se encuentran la escultura, la pintura y la fotografía. Lenguajes visuales irónicamente mudos, pero, vivos y presentes ante nuestra vista, con innovaciones que van más allá de las percepciones, emociones sensoriales a partir de composiciones, sí, el origen; el armado de materias primas que se convierte en metamorfosis portentosa. La escultura en particular no está exenta. Hoy prestamos atención a creaciones más virtuales, precisas, que atraviesan una línea del mundo real. Somos observadores meticulosos asombrados por tamaños, formas y texturas en tercera dimensión con miras a una cuarta dimensión. No estamos lejos de reconocer obras escultóricas que contrasten el arte visual conocido. Del realismo a la meditación geométrica, de la escultura irónica al conjunto que se cree obsoleto. El artista, en cada esencia de su arte, quiere manifestar una vitalidad y un tesón siempre crecientes.

Con este breve preámbulo presento a uno de los escultores notables de nuestro país, respetado por su trabajo a nivel internacional. Uno que respeta el trabajo, la aportación de las ciencias exactas a su arte: neurociencia, física cuántica, matemáticas, geometría, cálculo.

SU OBRA SE ENTRELAZA para bien con el arte escultórico. Sí, las ciencias exactas que acompañan sus esculturas de gran dimensión demuestran que lo científico no debe estar aislado de las ciencias artísticas, sino todo lo contrario. Las piezas son multidimensionales en su espacio exacto porque son un comunicante, en lo más cardinal de la escultura, con todas sus formas y texturas. En la obra del maestro-escultor Peraza descubrimos una recapitulación afortunada entre la exploración del cosmos y la reflexión profunda de la condición humana. Cada escultura es un umbral que existe para que encontremos nuevos horizontes, infinitos significados y con una hermosura perfecta.

Peraza demuestra que el arte es mucho más que una presencia estética, algo más hondo; es un puente que une los tiempos pasado, presente y futuro en este cohabitar del universo con los seres humanos. La armonía y su caos. En cada una de sus obras monumentales hallamos gestos, huellas indelebles. La esencia indisoluble de un escultor cuyo legado permanecerá por generaciones futuras.

Miguel Peraza Menéndez proviene de un linaje reconocido de escultores yucatecos. En sus inicios, trabajó al lado de su padre Andrés Peraza esculturas de bronce dominando la técnica, y luego comenzó a trabajar con materiales diversos como el metal, el acero inoxidable, la madera, realizando grandes obras de geometría senne de un linaje reconocido de escultores yucatecos. En sus inicios, trabajó al lado de su padre Andrés Peraza esculturas de bronce dominando la técnica, y luego comenzó a trabajar con materiales diversos como el metal, el acero inoxidable, la madera, realizando grandes obras de geometría sensible, abstracción conceptual, combinando muchas veces el bronce clásico y el arte industrial.

SU ESTILO E IDENTIDAD se admira perfectamente en la metaescultura innovadora, ejemplo claro: la escultura encriptada en cuarta dimensión, donde observamos el inicio apuntalado con un ventilador de tecnología digital conocido como una pantalla holográfica, a la que el público heterogéneo accede. La revelación de una nave en forma de barco que navega en el espacio infinito.

La premisa del escultor Miguel Peraza es: Arte que no es para todos, no es arte. Por ello, ese espacio atemporal nos pertenece. Para ser enfática, todas sus obras han sido trabajadas en la última década, y gran parte de ellas han sido exhibidas en colecciones privadas, espacios públicos, universidades a nivel nacional e internacional.

Miguel Peraza, en sus composiciones escultóricas, ilustra cualquier objeto recreando matices cromáticos elegantes y nos invita a transportarnos a otra dimensión, a otro espacio temporal. De manera hospitalaria en su materialización visual podemos navegar en una nave. Observar en la travesía la belleza poética en el infinito. Es cuando la psique artística manifiesta su autoridad sobre el raciocinio durante el proceso creativo. Sus naves son personajes animados con un efecto sensorial asociado al tiempo en que se desdobla la acción. El tiempo personifica parte del sujeto con una esencia afectiva, una recíproca proyección que une el espíritu humano; el tiempo se humaniza mutando en forma de conexiones que administran lo real, lo hipotético, lo inverosímil en su travesía. La nave encapsula el tiempo entre los límites del espacio, es decir, un Todo, un Acto Emocional, un Acto Sensorial. Las esculturas de Miguel Peraza nos llevan a navegar por otras formas de exponer lo irreal que se transmuta en cada obra estética a través de un conocimiento científico, histórico como lo hiciera en su momento el gran Leonardo da Vinci.