En más de tres mil entrevistas y a lo largo de 23 años, el periodista Sergio Sarmiento ha ofrecido diversas miradas del acontecer político, social y cultural del país y del mundo; la pandemia de COVID-19 no ha sido la excepción: ha analizado informado desde distintas perspectivas el impacto de la crisis sanitaria.
Es así que, en los últimos meses, en el programa “Entrevista con Sarmiento”, que se transmite todos los martes a las 23:30 horas por ADN40, han desfilado economistas, epidemiológicos, físicos y analistas políticos para brindar a la población información fidedigna para combatir la desinformación y rumores que persisten en las redes sociales, señaló el comunicador en charla vía telefónica con La Razón.
A diferencia de otros años, el también escritor, no festejará el aniversario de su programa de manera presencial, pero celebra la manera en que se ha adaptado a la pandemia, ya que en las últimas semanas ha tenido cada vez más “dificultades para llevar al estudio a personalidades”, por lo que ha optado por las charlas remotas.
-¿Qué reflexiones hace en este aniversario, en medio de la pandemia?
-La primera es que a veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos y esto tiene mucho que ver con el tipo de cosas que antes podíamos hacer, como invitar a alguien a una entrevista, a un estudio de televisión; ya que hoy se vuelve más complicado, mucha gente prefiere no ir a ningún lado. Antes teníamos un concepto todos los años para celebrar el aniversario y llegaban 200, 300 personas del mundo de la política, por lo menos no este año eso no se puede hacer.
-¿Desde qué perspectivas su programa ha abordado la crisis por el COVID-19?
-Muchos de los programas que hemos tenido este año tienen que ver con la pandemia y la crisis económica. Hemos platicado con economistas y epidemiológicos, hemos tratado de informar cómo se puede cuidar la gente y tratar de presentar información fidedigna, porque a través de redes sociales o de rumores la gente dice tonterías de todo tipo y algunos las creen.
Lo primero que hemos tratado de hacer, y creo que es una responsabilidad periodística, es dar a conocer información correcta sobre la situación de la epidemia: epidemiólogos nos han explicado las características del coronavirus, los avances para generar una vacuna, las medidas que debe tener la población para cuidarse; todo eso hemos estado tratando de forma constante.
También hemos hablado con muchos analistas, porque se acerca lo que bien podría ser la peor crisis en el mundo desde los tiempos de la Gran Depresión. Es importante que la gente entienda las razones de esta crisis que se nos avecina y qué tipo de medidas podemos tomar.
-Habla de la importancia del periodismo ante la desinformación, ¿cuáles son los principales desafíos de esta profesión ante la pandemia?
Lo más importante en el periodismo es dar a conocer información fidedigna. No se trata de alarmar, pero tampoco podemos aceptar que no se presente la información correcta. No podemos decir ‘hay que echarse desinfectante’, como señalaba el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que es un error gravísimo. También tenemos que decir que los amuletos religiosos o las partículas de cítricos tampoco tienen un efecto que nos proteja del coronavirus.
-En términos tecnológicos, ¿qué retos trajo al periodismo en México la pandemia?
-En la “Entrevista con Sarmiento” siempre habíamos tenido, con muy pocas excepciones, charlas presenciales, porque siempre he pensado que el contacto personal que tiene es muy importante para tratar de comprender lo que está diciendo el entrevistado. Sin embargo, desde hace unas semanas hemos tenido cada vez más dificultades para poder llevar al estudio a personajes de la calidad que queremos y hemos empezado a sacar unas entrevistas con controles remotos.
-Ha explorado usted todos los géneros periodísticos, pero, ¿cuál considera que es la ‘magia’ de la entrevista?
La magia de la entrevista es que es un género periodístico muy sencillo, y es quizá la forma más antigua de hacer periodismo. Las primeras maneras de averiguar lo que estaba sucediendo en la humanidad era a través de preguntarle a una persona, ‘¿dónde está el incendio?’. Hay reportajes ahora complicados que utilizan la tecnología, pero a mí me sigue gustando la vieja forma de una persona que le pregunta a otra su opinión sobre lo que ha ocurrido, para informar al público lo que está sucediendo en una sociedad.