Contornos deshilachados para humanizar figuras temblorosas que avanzan sobre parajes difuminados por el dolor y la evocación, sólo permitiéndose colores intensos sobre algún rostro para reflejar la soledad de la sorpresa y la compasión ante la multitud maltratada. La usual línea que marca el horizonte para darle profundidad a las ilustraciones, en “Josep” se confunde con los alambres de púas cortando la visión y la libertad, una representación de las heridas que la tortura del encierro deja en la realidad atrapada por los recuerdos.
Hay insertos de los dibujos con la crudeza de trazos recargados que realizará el dibujante Josep Bartoli, durante su paso como refugiado español republicano por los campos de concentración tras la frontera francesa, en un juego de contrastes que incluye pasajes oníricos refiriendo a la posterior relación del protagonista con Frida Kahlo, cuyos dedos pintados de azul se unen a los brochazos que en veces sirven de transición para los pequeños respiros de tenue esperanza, que se le ofrecen como bálsamo al espectador; mientras redimensionan el dramatismo de las memorias del también escenógrafo, aquí llevadas a la pantalla grande con esa sensibilidad que suele abrir la puerta al virtuosismo.
Esto principalmente a la hora de conjugar lo anterior, con los segmentos vitales, frescos y definidos, en donde vemos a un anciano moribundo charlando con su nieto, para darle estructura al relato, guardándose dos momentos aún más conmovedores de lo que ya de por sí lo es todo en su conjunto
Pasajes acerca de la empatía sobreviviendo a la persecución, a soldados despiadados y a políticos hundiéndose en sus propias mentiras, así como visiones con charlas para mitigar el dolor, y efímeras reuniones que se convertían en pequeños oasis de evasión, son parte de este tributo a una de las miles de historias de hombres que fueron víctimas de otro de los despreciables episodios de la infame historia de las dictaduras —en este caso la de Franco—, y que no deben ser olvidados.
Dirigida por el también caricaturista Aurel —“Lajka” (2017)—, a partir del libro que realizará Georges Bartolí —sobrino del mismo Josep—, la película resulta además un ejemplo de los alcances líricos que ofrece la mezcla de distintos estilos de animación tradicional.
“Josep” se proyectó en el Festival de Cannes, fue galardonada como la Mejor Película Animada en los Premios del Cine Europeo, se llevó el reconocimiento a Mejor Dirección en el Festival de Valladolid, y es una de las indispensables dentro del My French Film Festival, disponible en Cinepolis Klic.