Estreno en cines

Wicked, una divertida y mágica fábula musical

La esperada película protagonizada por Ariana Grande y Cynthia Erivo es un espectáculo conmovedor; ofrece un gran nivel de dramatismo y entrega secuencias de baile impresionantes

Wicked, una divertida y mágica fábula musical Foto: Especial

En primera instancia, Wicked, que se plantea como pasaje previo al clásico El Maravilloso Mago de Oz, de L. Frank Baum, y que narra la historia de la Bruja Malvada del Oeste y la Buena del Norte, pareciera que su único valor más allá del show, radica en el presentar estereotipos que entre canción y canción habrán de ser reinterpretados hasta dar forma a una entrañable reflexión sobre la amistad que surge de las diferencias, aludiendo al triángulo amoroso para evidenciar los convencionalismos románticos, hacer apuntes con respecto a la diversidad y la aceptación, y finalmente profundizar en el estigma del villano.

Sin embargo, aún hay un poco más en la lectura de la trama. A partir de la figura del Mago de Oz y de su influencia en los pobladores, a quienes busca encauzar para “su propio bien”, se elabora una exposición sencilla pero clara y contundente con respecto a cómo funcionan los sistemas de control social, con los respectivos chivos expiatorios, y el desprestigio que sufren aquellos que no quieren alinearse, en contraste con quienes se dejan consentir por el Estado.

Todo lo anterior aquí es bien atendido por el director Jon M. Chu —En el barrio (2021)—, de modo que nunca pierda trasfondo lo que se presenta como un pasaje de fantasía fílmica deslumbrante y en completa correspondencia con la fastuosa puesta en escena de origen —la cual se mantenido por más de veinte años en los escenarios y a su vez se basa en la novela Wicked: Memorias de una bruja mala—, luciendo una conveniente y vanguardista estilización de los elementos que en los tradicionales cuentos de hadas siempre se conectan con la magia, tales como árboles, follaje, plantas, espuma y similares, y que aquí son teatralizados en las texturas y las formas del vestuario que por momentos bordean lo alegórico.

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Y aunque no escapa al regodeo usual del género, con algún número musical que además de no empujar el relato, ya ofrece una interpretación algo anticuada del concepto al que refiere, dígase el de la popularidad, por otro lado también sorprende dentro de lo que de por sí es un maravilloso espectáculo en general muy bien sustentado a nivel dramático, entregando secuencias de baile como la de la presentación del Príncipe Winkie, donde saben sacar el mayor provecho de las posibilidades que ofrece el ojo de una cámara, apostando por un alto grado de elaboración a la hora de jugar con las perspectivas, yendo de los amplios desplazamientos espaciales que trastocan el arriba y el abajo, a las miradas fugaces en los acentos corporales que en función de la cadencia de la respectiva canción, le dan peso a los objetos del escenario, manteniéndose siempre ligados al desarrollo del personaje y su relación con los demás.

Las jóvenes Cynthia Erivo —Drift (2023)— y Ariana Grande, cumplen y con creces manteniendo su carisma y capacidad vocal al servicio de los personajes, acompañadas del oficio de figuras consolidadas como Jeff Goldblum —Jurassic World: Dominio (2022)— y Michelle Yeoh —Todo en todas partes al mismo tiempo (2022)—.

A reserva de ver qué tanto funciona la segunda
parte anunciada para estrenarse en noviembre de
2025, esta primera entrega de Wicked es una fábula musical divertida y por momentos conmovedora, que pese a sus enormes alcances
como espectáculo, no descuida su discurso que le aleja de la frivolidad.