Hace 40 años llegó a su fin la serie televisiva La Pantera Rosa, cuyo protagonista era el emblemático felino de Blake Edwards, creado por Friz Freleng, que en la actualidad sigue siendo un referente en la cultura popular. Pero también su irreverencia y originalidad están presentes en el arte pictórico, el cine, la música e incluso en la filosofía, bajo el lema: “hagamos como la Pantera Rosa”.
Los pensadores franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari, en uno de sus más importantes libros, Mil mesetas, capitalismo y esquizofrenia, destacaban: “La Pantera Rosa no imita nada, no reproduce nada, pinta el mundo de su color, rosa sobre rosa, ése es su devenir-mundo para devenir imperceptible, asignificante, trazar su ruptura, su propia línea de fuga, llevar hasta el final su evolución aparalela”.
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De tal forma que el felino, que tanto hacía enojar al inspector Clouseau y al resto de los personajes antagónicos cuando se dedicaba a pintar todo de su color, nos daba una lección acerca de la vida.
La Pantera Rosa también ha llegado a tener un lugar en el arte, pues en algunos de sus capítulos existen referencias al pop art y al arte psicodélico, tal como lo recuerda Pablo Silvestri en su artículo “Desmaterialización en rosa”, donde analiza el capítulo “Da Vinci rosa”, que hace un guiño a un momento histórico en el mundo del arte.
En ese relato, un personaje que representa a Leonardo da Vinci pinta La Gioconda y la Pantera Rosa interviene la obra, tal como lo hizo Michel Duchamp con la icónica pieza en su ready-made de 1919. Con ello marcó un hito en la historia del arte, pues lanzó la pregunta: ¿qué es arte y qué no?
“La pantera encarna al artista contemporáneo, a través del gesto de Marcel Duchamp. Esa personificación se hace presente en la intervención que el felino realiza en la obra. Notable es el parecido a la acción que Duchamp lleva a cabo en L.H.O.O.Q. —antecedente inmediato de la postmodernidad—. Aunque la intervención sea distinta, simbólicamente se ven implicadas las conciencias estéticas de los autores, la del Renacimiento y la de la posmodernidad”, resalta Pablo Silvestri.
El dibujo animado también ha salido de la TV para inspirar a creadores de la talla de Jeff Kons, a través de la escultura Pantera Rosa (1988), que muestra a una sensual mujer abrazando al felino.
En el ámbito del cine, la serie televisiva, que constó de 10 temporadas con 124 episodios, hace guiños a las películas de Charles Chaplin, pues es un humor inteligente y que parece involuntario.
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En la música, la melodía “turún-turún, turún-turún” está presente en el imaginario colectivo a nivel internacional. “The Pink Panther Theme”, la composición instrumental de Henry Mancinni, fue galardonada con un Oscar como Mejor Banda Sonora, ocupó el top 10 del Billboard adult contemporary y fue reconocida con tres Grammys.
La sagaz Pantera Rosa incluso ha estado presente en publilcaciones como la revista Time, que el 27 de abril de 1963 le dedicó su portada. Y es que en ese momento resultaba novedoso que se lanzará una serie televisiva muda, y donde el silencio tuviera un protagonismo, pues la tendencia eran los sonidos estridentes.
Además, este personaje iba del lado contrario a lo que se venía haciendo en cuanto a productos enfocados al público infantil, pues era la época dorada de Disney, cuyos personajes solían ser más “inocentes” y la Pantera Rosa era ingeniosa, inteligente e irreverente.
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