El equinoccio de septiembre marcó oficialmente en el hemisferio norte el inicio de una de las temporadas preferidas de la gente, el otoño, por sus paisajes de hojas amarillas y marrones, junto a abrigos y gabardinas, además de tener días cada vez más frescos. Sin embargo, también es una época perfecta para viajar si te gusta encontrar mayor disponibilidad en hoteles y vuelos, costos atractivos y, sobre todo, disfrutar de destinos increíbles sin tener que lidiar con sitios abarrotados de turistas.
Fuera de México tenemos destinos perfectos para conocer la cultura, gastronomía e impresionantes playas, como Mallorca, la isla más grande del archipiélago balear, en España; y Niza, entre el mar Mediterráneo y las montañas. O si prefieres una aventura más cosmopolita que combine la tradición, Tokio, capital de Japón y la ciudad más poblada del mundo, es una excelente opción.
Para practicar esquí, snowboard o remo, Aspen, Colorado, al oeste de Estados Unidos, y Victoria, en Columbia Británica, la segunda ciudad más poblada de Canadá, son un plan imprescindible para los viajeros amantes de las aventuras.
Mallorca, España. Aunque todo el año es un destino grandioso, en esta temporada sorprende con la transformación de sus paisajes naturales de verde a tonos ocres, rojizos y dorados, como en la Serra de Tramuntana o en el Parque Nacional Marítimo terrestre del archipiélago de Cabrera, donde puedes practicar senderismo, buceo, ciclismo o kayak. Además, de apreciar el inicio de la temporada artística en las calles, donde es posible descubrir exposiciones y diversos performances. La gastronomía tradicional encantará a todos los paladares, con guisos típicos como el frito mallorquín, hecho con menudo y sobras de cerdo, o los buñuelos de patata, los “congrets de monja” y las confituras de frutas de temporada.
Tokio, Japón. Un paseo por la Avenida de Ginkgo del Jingu Gaien, en el barrio de Shibuya, con sus 400 metros cubiertos de árboles de albaricoques con hojas en forma de abanico de color dorado, son una gran opción para tomar fotografías. En el Gran Festival del Otoño, que va desde el 31 de octubre al 3 de noviembre, que se realiza en el Jardín Imperial Meiji Jingu, con gastronomía y espectáculos tradicionales. No olvides visitar uno de los principales templos de la ciudad, el Santuario Okunitama-jinja, al oeste de la metrópoli, o admirar las aguas tranquilas del lago Okutama mientras disfrutas de un imagawayaki, pastelillos en forma de pez o de hoja de arce, sushi, ramen o carne de kobe.
Niza, Francia. Una visita obligada es recorrer las calles estrechas y curvadas rodeadas de edificios históricos del Viejo Niza y comer un tradicional helado italiano, además de visitar el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo o subir 214 escalones para alcanzar la cima de la Colina del Castillo y conseguir las fascinantes vistas de la baie des Anges y la ciudad. El Mercado Cours Saleya es ideal para comprar flores, tomar una copa o comer socca, pan plano hecho con harina de garbanzos y aceite de oliva, o una ensalada niçoise, compuesta por atún, huevos duros, anchoas y verduras crudas. También se puede practicar paracaidismo en la Bahía de los Ángeles.
Aspen, Colorado, EU. Para los más intrépidos, hacer senderismo a través de bosques de álamos dorados, ciclismo de montaña a lo largo de caminos pintorescos o pesca en el río Roaring Fork es una gran aventura. O simplemente visitar el Maroon Bells, uno de los monumentos más fotografiados del estado, recorrer el Paso de la Independencia, uno de los pasos pavimentados más altos de América del Norte y que ofrece las mejores vistas o pedalear por senderos, como el río Bravo y enfrentarse a la Smuggler Mountain Road. Otra opción es lanzarse en tirolesa o escalar en el Lost Forest Adventure Park.
Victoria, Canadá. Esta ciudad encanta con los Jardines Butchart, que alberga una variedad de hermosos jardines, fuentes y estanques donde se puede dar un paseo. También está el Museo Real de Columbia Británica, 50 millones de artefactos y especímenes. O da un paseo por el Puerto Interior para obtener la brisa fresca del mar o sube a un barco, velero o kayak y come en alguno de sus restaurantes y visita el castillo de Craigdarroch y sus vidrieras, la carpintería ornamentada y chimeneas de mármol construido a finales del siglo XIX. Por la variedad de su clima, es posible degustar especies como cangrejo, almejas, ostras y salmones, además, carnes, quesos, cerveza artesanal y té.