¡Vive Brasil! más allá de la samba y el carnaval

Además de futbol y carnaval, el país más grande de América del Sur, Brasil, es el destino de millones de visitantes provenientes de todos los rincones del mundo por su diversidad cultural, su rica historia y su variedad de especies animales y de paisajes. Esta abundancia le valió ser sede de importantes eventos internacionales como la Copa del Mundo de la FIFA en 2014 y de los Juegos Olímpicos en 2016.

La nación sudamericana alberga una gran cantidad de grupos étnicos y culturas, que es resultado de la mezcla de pobladores indígenas, africanos, europeos y asiáticos que habitaron el país a lo largo de los siglos.

Esta diversidad se aprecia en la música, con modalidades como la samba, el pagode o el sertanejo y danzas como la capoeira o el maracatú. También está presente en la comida, que va más allá de las churrascarías, como el acarajé hecho a base de frijoles blancos molidos, cebolla y sal fritos en aceite de palma o la feijolada, de frijoles negros, carne seca, costillas de cerdo ahumadas, chorizo portugués o rellena que se sirve con arroz blanco, farofa o harina de mandioca tostada, rodajas naranja y hojas verdes frescas. Un manjar.

La variedad de actividades que el país ofrece lo han convertido en el destino perfecto para disfrutar de unos días en las playas paradisiacas acompañado de la melodiosa voz de Gal Costa y de una caipirinha, de explorar la grandeza de la selva amazónica con vistas monumentales de ríos y cascadas, o de hacer una caminata matutina entre las calles de pueblos encantadores donde se aprecian los vestigios de la colonización portuguesa durante el siglo XVI.

Ouro Preto. Esta ciudad de mil 62 metros de altitud es una de las más importantes por su riqueza derivada de la fiebre del oro. Ofrece calles adoquinadas y templos barrocos, como la Iglesia de San Francisco de Asís, famosa por su ornamentada decoración, acreditando su nombramiento como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1980. Se puede dar un paseo por minas como la Mine du Veloso o las Minas da Passagem.

Cataratas del Iguazú. Situadas en la frontera entre Argentina y Brasil y con un área de más de 2 mil 700 metros, son más grandes que las Cataratas del Niágara de Estados Unidos. Es posible disfrutar de vistas panorámicas de éstas y la Garganta del Diablo, además de una caminata por los senderos del parque y hacer un tour en bote o visitar el Parque das Aves que cuenta con cinco aviarios llenos de tucanes, guacamayas y pavas yacutingas, originarias de la región. Es ideal para los aventureros.

Lençois Maranhenses. Para los amantes de la aventura, este Parque Nacional del norte de Brasil cuenta con desiertos y dunas junto a un ecosistema de lagunas, manglares y marismas. Con ayuda siempre de un guía, se puede pasear por las dunas de arena blanca o lanzarse a las aguas cristalinas de éstas, para después descansar en los oasis, casas hechas de adobe por los habitantes del lugar, o acampando bajo el cielo estrellado, brindando una experiencia inolvidable.

Río de Janeiro. La joya de Brasil, cuya belleza le ha otorgado el título de Ciudad Maravillosa, acoge playas, restaurantes, museos y fiestas, así como el carnaval, que se realiza entre febrero y marzo durante una semana completa de fiesta y música. Los imprescindibles para visitar durante las vacaciones son el Cristo Redentor, de 30 metros de altura, la Catedral Metropolitana de forma piramidal y vitrales gloriosos, el histórico Estadio Maracaná o la Confitería Colombo y su tradicional repostería.