Foto: Cuartoscuro
Sandra Ávila Beltrán, permanecerá en el penal federal El Noreste, en Tepic, Nayarit, hasta en tanto no se resuelva en definitiva la suspensión de amparo que un Juez le concedió para no ser ingresada a esa prisión de máxima seguridad.
Así lo resolvió un tribunal federal quien dijo que no se le puede mover porque la reclusión que fue motivo de la queja ya es un hecho consumado que forma parte de una indagatoria y causa penal vigente.
En una sentencia difundida este lunes, pero tomada desde el viernes pasado, el magistrado Juan Wilfrido Gutiérrez Cruz, del Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito, dividió en dos partes su resolución.
Primero declaró infundados e inoperantes los agravios expuestos por la también llamada Reina del Pacífico, deportada de Estados Unidos el pasado 21 de agosto, tras cumplir la pena de 70 meses de prisión, por facilitar el tráfico de droga.
En dichos argumentos la mujer consideró que al tenerla en el penal federal El Noreste, en Tepic, Nayarit, se violan de sus derechos humanos pues ella no es acusada del delito de delincuencia organizada.
Dijo que estar en la citada prisión de máxima seguridad podría causarle daños de imposible reparación, en su salud física y metal, pues está sometida a procedimientos especiales y convivencia con delincuentes “muy ajenos” a su personalidad.
También alegó que mantenerla en ese tipo de cárcel, la mantendría alejada de su familia, por estar en un lugar alejado de su lugar de residencia, con lo que se afectaría en ella la reinserción social que marca la Constitución.
En segundo lugar, el magistrado Gutiérrez Cruz dijo que el efecto de su resolución, inscrita en el expediente 56/2013, es que Ávila Beltrán, sin ser trasladad, quede a disposición del Juez Cuatro de Distrito en Materia de Amparo Penal quien deberá resolver en los próximos días si concede o no la suspensión definitiva de amparo.
Será hasta entonces, que se determine si la mujer de 52 años es sacada de la prisión femenil El Noreste, en Tepic, Nayarit, para ser llevada a una prisión estatal, o por el contrario, permanecer en la cárcel de máxima seguridad.
La Reina del Pacífico enfrenta cargos por lavado de dinero, pues se le han detectado múltiples propiedades y movimientos financieros, detrás de los cuales podría haber transacciones con dinero de procedencia ilícita.