Don Ángel camina por la presidencia municipal y recuerda aquella noche en que Juchitán, Oaxaca, se convirtió en zona de devastación.
Calza huaraches y habla zapoteco. Es herrero de profesión pero se ha convertido en un símbolo de la ciudad que le ha dado la vuelta al mundo al colocar sobre los escombros de la presidencia municipal una bandera nacional que rescató ente paredes y techos caídos.
Ángel Sánchez Santiago es uno de los afectados por el sismo del jueves pasado que causó que casi mil casas quedaran destruidas.
Apenas unas horas después, y justo cuando iba camino a ver a sus hijos, se encontró con el palacio municipal parcialmente en ruinas. Ahí fue cuando encontró la bandera y la colocó en un palo que usó como asta para que se mantuviera el lábaro patrio en pie.
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“No busco ser un símbolo, sólo quiero ser amigo de Juchitán”, cuenta a La Razón, Don Ángel.
“La bandera es nuestro símbolo nacional, es parte de nuestra identidad y no estaba dispuesto a verlo tirado entre los escombros. Era una señal de que los juchitecos no debemos estar de rodillas ante este fenómeno, tenemos que ser fuertes para salir adelante”, agregó.
Durante un recorrido por calles de Juchitán, Ángel Sánchez observa las calles en medio de escombros. Señala que buscará realizar actividades para gestionar o apoyar a la gente damnificada y que la localidad salga adelante.
[caption id="attachment_490106" align="alignleft" width="300"] Es herrero de profesión pero se ha convertido en un símbolo de la ciudad de Juchitán Foto: Néstor Jiménez[/caption]
A su paso, la gente lo reconoce. Una señora incluso le pidió que entrara en su hogar para que viera como fue afectada su vivienda.
Incluso los policías municipales lo saludan y le reconocen su gesto. “Bravo señor, eres leyenda” le dijo un comerciante mientras avanzaba en medio de los locales ubicados a un costado del mercado municipal.