Día Internacional de la Mujer

8 de marzo: No queremos decir esto pasó en mi época y yo lo permití: feminista

En el marco del Día Internacional de la Mujer, una integrante feminista del Bloque Negro habla sobre la importancia de la lucha de las mujeres

A unas horas del Día Internacional de la Mujer, Mime, feminista, habla de la importancia de la lucha de las mujeres Foto: Otilia Carvajal

Mis amigas me conocen como Mime, tengo 26 años y en cada manifestación feminista, desde la capital a las periferias, siempre me visto de negro y cubro mi rostro para manifestarme con cantos, gritos, consignas, grafitis en las paredes y fuego contra la violencia machista en México.

Mi primera marcha fue hace cuatro años, en estas fechas, un 8 de marzo. Para mí marchar es hacer un ruido, una manada entre todas, una unión con las demás como si tuviéramos un lazo que no se ve: es el día para demostrar que lo estamos.

Lo que me animó mucho fue una etapa de mi vida en la que estaba muy vulnerable, acababa de pasar por cosas muy feas, eso fue lo que detonó que yo saliera a las calles. Fue el exceso de violencia que sufrí, lo que hizo que tocara fondo para unirme con las demás.

De la marcha del "Día Internacional de la Mujer" a la lucha feminista

Después de eso mi vida cambió, ya no me sentía sola. También comencé a conocer a más mujeres que entendían lo que yo sentía, que habían pasado por lo mismo, que me daban consejos y, sobre todo, me escuchaban.

Luego de mi primera marcha dejé de ver el mundo como antes y me gusta más cómo lo veo ahora. Es como si te hubieran dado la bienvenida a un lugar donde sí encajas y te preguntas ¿por qué me tardé tanto en llegar?

Esa vez fui acompañada de mi mamá, mi hija y mi hijo. Él llevó un cartel que decía “quiero vivas a mi hermana, a mi mamá y a mi abuela”. Ahora tiene 10 años.

El problema con las manifestaciones feministas es que somos mujeres, porque la sociedad mexicana no está acostumbrada a que una mujer alce la voz. Están acostumbrados a que calles y bajes la cabeza.

La lucha feminista: romper, pintar y quemar hace que la gente nos vea

Toda la gente sabe de nosotras gracias a las pintas, gracias a quemar, gracias a romper. Es justamente lo que queremos, alzar la voz de esta manera, y lo logramos.

Cuando estoy encapuchada me siento segura de que estoy luchando y no saben quién soy. Si lo hiciera sin capucha, temería por mi vida.

La lucha feminista no es por una mujer, es por todas

No lo estoy haciendo nada más por mí, sino por todas. Cuando yo tengo una capucha somos todas, somos una misma, no tiene cara, no tiene rostro la lucha.

Hace un año fue la primera vez que accioné en una protesta feminista. Fue en el bunker de la Ciudad de México cuando una chica fue violada por un grupo de policías. Rompimos las puertas de cristal.

Después pasó la protesta contra la policía en Insurgentes, la pinta del Ángel de la Independencia y la quema de la estación de Florencia.

Luego de haber rayado y roto en una manifestación feminista sentí una liberación. Tenía coraje, estaba molesta y mentalmente muy cansada de todo lo que estaba pasando

Aunque no es solamente rayar por hacerlo, siempre tenemos algo que decir, queremos que se quede plasmado en la pared un mensaje cuando salga en la televisión o en las fotografías.

Marcha del Día Internacional de la Mujer en medio de la pandemia

Mi familia me apoya totalmente, pero se preocupa por la represión. Ven la tele y dicen “a ver a qué hora la vemos”, “vamos a prender el noticiero porque va a salir”. En cada marcha me marcan y me dicen “¿cómo estuvo? ¡Pero platícame!”, ellos muy emocionados.

Lo que nos vino a fregar fue la pandemia, pero todas seguimos saliendo de poquito en poquito para evitar aglomerarnos. Este año no van a poder salir tantas mujeres, pero si no fuera por eso creo que cada vez seríamos más.

8M: La lucha feminista no es contra una persona

Lo que nos mueve es la rabia y el enojo, no nos mueve ningún jefe. Siempre estuvimos presentes, pero no habíamos tenido el coraje para hacer el ruido que estamos haciendo ahora.

Esto no es contra AMLO, no es contra una sola persona ni un partido, son todos. Pero el presidente necesita escucharnos, actualizarse en temas de feminismo, dejar de esconderse de nosotras.

El blindaje a Palacio Nacional es un mensaje ridículo, es una cachetada. Lo único que hace es crearnos más coraje por sus respuestas, sus vallas, su represión, pero lo peor es que lo niega.

Esas vallas lo único que hacen es darnos más cuerda para seguir. Con las vallas del Palacio el Gobierno ya nos demostró que sí sabe proteger, nada más falta que las mujeres seamos de su interés.

La lucha continúa este 8 de marzo

No sé si dentro de cinco años tengamos la energía para seguir, yo creo que sí. También vienen otras generaciones que traen su rabia, su lucha y diferentes mentalidades.

Pero no queremos decir después de muchos años “esto ocurrió en mi época y lo permití”. No nos lo vamos a perdonar. Por eso vamos a marchar este 8 de marzo desde el Monumento a la Revolución hasta llegar a Palacio Nacional.

Temas: