Así que el estado gobernado por el morenista Rubén Rocha Moya volvió a ser noticia de primera plana, pero no por algo positivo, sino por una nueva jornada de violencia en la que lamentablemente un militar perdió la vida en cumplimiento de su deber y otro más resultó herido. La de ayer fue la quinta jornada violenta que se presenta en Sinaloa en un lapso de dos semanas. Las balaceras, las persecuciones y los asesinatos han sido la constante durante la actual administración estatal, sin que las autoridades locales sean capaces de evitarlo. El Gobierno federal no ha escatimado esfuerzos para reforzar la seguridad de la entidad con el envío de elementos de las Fuerzas Armadas, al grado de que ayer mismo llegaron más efectivos del Ejército, para sumarse a los que habían llegado antes. Pero de poco sirve tanto apoyo, nos dicen, si a quien le corresponde la prevención y la contención de actividades delictivas está más ocupado en la grilla, y en ser el centro de todo, que en hacer una chamba efectiva.
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