Y fue en un foro organizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside Norma Piña, donde a la reforma al Poder Judicial no le fue nada bien. Resulta que un par de catedráticos de renombre ayer fueron particularmente críticos con la enmienda hecha en México. Manuel Atienza, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Alicante, España, consideró que “México ha dejado de ser un Estado de derecho, lo fue en las últimas décadas y ahora ha dejado de serlo o va a dejar de serlo en la medida que se vayan implementando estas medidas”. Y ha sostenido, además, que la reforma acaba con la independencia judicial en México. No ha sido el único, pues el filósofo y jurista Luigi Ferrajoli, discípulo de Norberto Bobbio, ha señalado que la reforma judicial “equivale a la supresión de la separación de los poderes”, y ha planteado que espera que “la verdadera razón de esta reforma sea una suerte de analfabetismo institucional y no la voluntad explícita de una involución autoritaria”. Uf.