Les impiden atravesar la frontera norte, afirman

Migrantes acusan extorsión de policías a nombre de Zetas

Uniformados de Coahuila les exigen 500 dólares por persona, cuenta Blanca Gámez; al no contar con los recursos, los regresan a NL; pese a todo, seguirán intentando llegar a EU

Indocumentados, el pasado 22 de diciembre, salen de CDMX hacia el norte del país.
Indocumentados, el pasado 22 de diciembre, salen de CDMX hacia el norte del país.Foto: Cuartoscuro
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Alrededor de 100 migrantes que intentaban cruzar hacia Estados Unidos fueron interceptados por policías a bordo de una patrulla en Piedras Negras, Coahuila, quienes exigieron el pago de 500 dólares por persona, cuota obligatoria impuesta por el grupo delictivo de Los Zetas para seguir su camino.

De acuerdo a testimonios que obtuvo La Razón, alos migrantes, que salieron del albergue Parque Canoas en Monterrey, Nuevo León, a bordo de dos camiones, los oficiales les dijeron que el pago era obligatorio para seguir su camino, además que era más barato que trasladarse por su cuenta.

Blanca Gámez, de Honduras, iba a bordo de uno de los autobuses y narró a este diario la travesía que pasaron este miércoles, cuando intentaron llegar a la frontera de Coahuila.

“Fuimos hasta Piedras Negras y no nos dejaron pasar, nos regresaron al albergue. Se cruzó una patrulla en los camiones y nos pidió una comisión de dinero para Los Zetas, pero si no la teníamos nos dijeron que nos regresáramos. Éso nos dijo la policía, y nos devolvieron, porque si no teníamos el dinero no nos dejarían avanzar, porque según ellos es más barato de esa forma. Nos exigieron 500 dólares por cabeza”, explicó.

Se cruzó una patrulla en los camiones y nos pidió una comisión de dinero para Los Zetas, pero si no la teníamos nos dijeron que nos regresáramos. Nos exigieron 500 dólares por cabeza

Blanca Gámez, Migrante hondureña

A pesar de ello, los extranjeros se trazaron el objetivo de seguir intentando cruzar al vecino del norte, porque a pesar de que no tienen dinero Blanca consiguió 500 pesos para salir del estado, aunque cada día es más difícil desplazarse, porque los responsables del albergue les comentaron que tampoco cuentan con recursos para seguir rentando el transporte.

Juan Pineda, también hondureño y quien se trasladaba en los autobuses, explicó que la idea era irse todos en grupo para evitar cualquier riesgo, pero no esperaban que las autoridades no los dejarían seguir: “era un carrito de patrulla que no nos dejó pasar si no nos mochábamos con una cuota para Los Zetas. No dejaron bajar a nadie en el autobús y nos echaron para atrás”.

Los migrantes no lograron apuntar las placas o número de la patrulla porque era de noche y no se les permitió descender de la unidad.

Era un carrito de patrulla que no nos dejó pasar si no nos mochábamos con una cuota para Los Zetas. No dejaron bajar a nadie en el autobús y nos echaron para atrás

Juan Pineda, Migrante de Honduras

A pesar de que a todos los integrantes de la caravana migrante que estuvo en la Ciudad de México ya les entregaron sus Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias (TVRH) en Monterrey, persisten con la idea de pasar a EU “sea como sea”, ya que buscan una mejor oportunidad de vida.

Samantha Rodas, de 30 años y de origen salvadoreño, tratará de cruzar para pedir asilo en estos días, aunque el proceso le lleve meses de espera y no haya espacio en albergues del norte.

“Sí, nos entregaron nuestras visas humanitarias en Monterrey, pero lo malo es que a todo el grupo que veníamos juntos en la caravana nos separaron a diferentes lugares; ahora me junté con otros más que no les hablaba para irnos juntos y buscar cruzar a EU o pedir asilo, lo que ocurra primero”, explicó.

Sin embargo, aseguró que tiene preocupación porque otros migrantes que se encuentran ya en la zona, le mencionaron que a todas las personas que intentan cruzar o pedir el beneficio, los regresan a esperar a México sin un tiempo definido: “yo quiero pasar como sea, aunque me dijo una amiga que está en la frontera que no lo haga, porque están regresando a todas las personas que lo piden, pero si no cruzo, no voy a tener resultados”.

Yo quiero pasar como sea, aunque me dijo una amiga que está en la frontera que no lo haga, porque están regresando a todas las personas que lo piden, pero si no cruzo, no voy a tener resultados

Samantha Rodas, Migrante salvadoreña

Samantha es de la comunidad LGBTI y en caso de que no haya lugar para quedarse, buscará una organización especializada que le dé cobijo por el riesgo que implica su traslado.

Zulema Urbina, de Honduras, se sumó al grupo y viaja con su esposo y sobrino, sin embargo, aclaró que tiene miedo de que se acerquen polleros a ofrecerles cruzarlos bajo engaños: “tenemos la visa humanitaria y eso nos permite seguir, ya que acá nos ayudaron las autoridades con los buses, pero tenemos miedo de los polleros y sus engaños”.

De enero a noviembre de 2021, el Instituto Nacional de Migración (INM) entregó 34 mil 358 visas humanitarias a personas de Centroamérica y El Caribe, que representa 95.2 por ciento más que el mismo periodo, pero del año anterior; sin embargo, en comparación con 2019 -año sin pandemia- el aumento es de solo 2.05 por ciento.

Isabel Turcios, vocera del albergue Casa Frontera Digna, en Piedras Negras, Coahuila, aseguró que no tiene conocimiento del arribo de migrantes al municipio, debido a que ella cuenta con el único en la localidad y no tiene espacio para recibir más.

“No tengo conocimiento, no me han avisado nada; ya aquí hay un montón de migrantes desde hace meses que están esperando un lugar, pero no hay nada. No tenemos capacidad de nada, por eso les damos comida a las afueras del refugio, aparte, somos el único albergue en el municipio, no sé dónde se vayan a quedar”, destacó a este diario.

La activista señaló que en caso de que lleguen extranjeros a la localidad, el único lugar para quedarse a dormir es en la calle, parques o casas abandonadas, a menos de que traigan dinero y renten un cuarto de hotel, pero aclaró que no hay manera de que puedan albergarse en algún sitio.