En abril pasado, en Carolina del Sur, policías blancos asesinaron a Walter Scott, un hombre de 50 años desarmado. El miércoles por la noche, dos meses después, Dylan Storm Roof asesinó a nueve personas dentro de una iglesia metodista mientras leían la Biblia, en la comunidad de Charleston.
Cerca de las 20:00 horas, el joven, de 21 años de edad, ingresó al templo y se sentó junto al pastor. Una hora después comenzó a pronunciar insultos racistas.
“Tengo que hacer esto. Tú violaste a todas estas mujeres y ustedes se están adueñando de Estados Unidos”, dijo el adolescente antes de empezar a disparar contra los asistentes.
Luego del atentado, el joven que vestía una sudadera gris y pantalones oscuros se escapó por la puerta trasera del sitio y subió a un automóvil.
Ayer por la mañana, la Policía de Charleston, Carolina del Sur, confirmó la detención del joven anglosajón.
Fue detenido por la policía de tránsito sin que opusiera resistencia en Shelby, Carolina del Norte, informó en rueda de prensa el jefe de la policía de Charleston, Gregory Mullen.
El sospechoso conducía un vehículo Hyundai modelo Elantra del año 2000 color oscuro.
Luego del ataque, las autoridades difundieron a través de la televisión y las redes sociales las imágenes del atacante así como del vehículo en el que se fugó, las cuales fueron captadas por las cámaras de seguridad.
Esto con la finalidad de recaudar cualquier información que llevara a la captura del chico.
Posteriormente, el tío del agresor informó la identidad de su sobrino.
El pariente del chico detalló, según difundió la cadena NBC, que el padre del joven le dio de regalo una pistola por
su cumpleaños.
El jefe de la policía, Gregory Mullen, agradeció el apoyo de la comunidad y sostuvo que sin la cooperación del público no hubiera sido posible la detención del adolescente.
Por su parte, la procuradora Loretta Lynch ofreció a las autoridades de Charleston todo el apoyo necesario del gobierno federal y confió en que el sospechoso será detenido y llevado a la justicia.
Lynch señaló que era “prematuro” determinar la eventual participación del gobierno federal en el proceso legal contra el sospechoso, pues señaló que deben determinarse las motivaciones que llevaron al agresor a cometer el delito.
Previamente, la masacre fue calificada como un “crimen de odio” por la policía de Charleston, sin embargo, se requiere una valoración en ese sentido del Departamento de Justicia para que el caso sea llevado a instancias federales.
El incidente ocurrió en la histórica Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel (AME), la más antigua en el sur de Estados Unidos.
Tres hombres y seis mujeres resultaron muertos en la masacre, incluido el pastor y senador estatal Clementa Pinckney.
Una sobreviviente declaró a un activista local que el sujeto la dejó vivir para que narrara lo sucedido.
SENADOR ENTRE LAS VÍCTIMAS. El senador demócrata y pastor Clementa Pinckney es una de las víctimas que murieron en el tiroteo.
“Pinckney, un senador del estado de Carolina del Sur, es una de las nueve personas que murieron en la iglesia”, señaló el reverendo Al Sharpton en su cuenta de Twitter.
El senador, elegido en el año 2000, era el afroamericano más joven en la historia de Carolina del Sur en ser elegido miembro de la Asamblea Legislativa.
Pinckney estuvo en la legislatura de Carolina del Sur desde 1996, cuando fue elegido como representante del estado a la edad de 23, de acuerdo con su biografía que se puede consultar en el sitio web de la iglesia.
La iglesia fue fundada en 1816 y reconstruida tras un incendio después de que uno de sus fundadores, Denmark Vesey, fuera ejecutado por promover una revuelta de esclavos.
“La gente estaba congregada para la oración la noche del miércoles”, dijo el alcalde de Charleston, Joseph Riley.
“Y una persona horrible entró y comenzó a disparar”, sostuvo.
“La única razón por la que alguien podría entrar en una iglesia y disparar es el odio”, añadió.
La candidata presidencial a la nominación demócrata Hillary Clinton realizó el pasado miércoles un acto de recaudación de fondos en la comunidad de Charleston.
Por su parte, el republicano Jeb Bush planeaba realizar un evento de campaña en la misma ciudad este jueves, el cual fue cancelado.
En mitad de un operativo policial varios pastores locales reunieron de forma espontánea muy cerca de la parroquia para rezar por las víctimas.
De esa forma, los ciudadanos expresaron el repudio al racismo y a los homicidios contra su comunidad.
En un año, 6 mil 900 homicidios a causa de racismo, homofobia...
En Estados Unidos ocurrieron en 2013, unos 6 mil 900 crímenes de odio, de acuerdo con cifras reportadas por el FBI.
En la ley federal de la Unión Americana un “crimen de odio es un delito cometido por una persona o entidad que está motivado, en su totalidad o en parte, por el prejuicio o la animosidad de su autor contra la raza, religión, origen o discapacidad de la víctima”.
Del total de agresiones, 49.2 por ciento tuvieron un carácter racista y 20.3 por ciento un tinte homofóbico.
De los 3 mil 400 ataques racistas, 66 por ciento fue cometido contra población de origen negro.
El término crimen de odio forma parte del vocabulario estadounidense desde la década de los años 80, cuando se incrementaron los ataques cometidos por los skinheads a la manera del Ku Klux Klan.
Los crímenes de odio son motivados por el racismo, el antisemitismo, la islamofobia, la homofobia o el desprecio de las personas con discapacidad o sin hogar.
Estos ilícitos son castigados con cárcel o incluso a la pena de muerte en caso de asesinato.
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“Esto no ocurre en otros países desarrollados”
Presidente demanda una vez más revisar el control de armas en su país; se dice fristrado tras la tragedia
Redacción La Razón
El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, dijo que la masacre en una iglesia metodista en Carolina del Sur obliga al país a abordar y confrontar el tema de la violencia armada.
“Ahora es la hora de duelo, de sanar, pero lo que es claro es que en algún momento, nosotros como país, tendremos que reconocer el hecho de que este tipo de violencia masiva no sucede en otros países avanzados”, señaló.
En conferencia de prensa, Obama manifestó que aún no se conocen todos los detalles de esta tragedia, “lo que sabemos es que una vez más gente inocente fue asesinada porque alguien que quería infligir daño”.
Acompañado por el vicepresidente Joe Biden, Obama externó su frustración por este tipo de hechos, cuya frecuencia dijo, no sucede en otros lugares “y está en nuestro poder hacer algo al respecto”.
“En algún punto será importante para los estadunidenses entenderlo y para nosotros (los políticos) cambiar nuestra manera de pensar sobre el tema de la violencia armada”, dijo.
Obama dijo que debido a que la investigación está en curso, era necesario mantener mesura en torno a los detalles de los eventos, “pero yo no debo ser mesurado en torno a las emociones que estas tragedias generan”.
El mandatario señaló que dada su historia como un refugio para los afroamericanos que querían profesar su religión en el siglo XIX y que estaban impedidos debido a las leyes de entonces, “este es un lugar sagrado en la historia de Charleston y en la historia de Estados Unidos”.
Obama recordó que tanto él como la primera dama Michelle Obama conocían al reverendo Clemente Pickney, quien además era un senador estatal, y quien se contó entre las nueves víctimas de la masacre.
“Cualquier muerte de este tipo es una tragedia. Cualquier tiroteo donde haya múltiples víctimas es una tragedia,
pero hay algo particularmente desgarrador sobre muertes en un lugar donde se busca consuelo, paz, un lugar de oración”, dijo.