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Autoridades en Carolina del Sur encausaron ayer a Dylan Storm Roof, de 21 años, sospechoso de la masacre en una Iglesia metodista en Charleston, con 10 cargos criminales que de ser encontrado culpable le podrían dictar pena de muerte.
El hombre de raza blanca está acusado de nueve cargos de asesinato y uno de posesión de arma durante la comisión de un crimen, cargos de los que fue instruido ayer de manera formal en su comparecencia inicial ante una corte de Charleston.
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, adelantó a la cadena de televisión NBC que “absolutamente queremos que él (Roof) reciba la pena de muerte”, la cual está contemplada en casos como éste.
El joven homicida no compareció en persona ante el juez que presidió la audiencia, donde escuchó los cargos vía videoconferencia desde una sala en la prisión donde permanece detenido. Se veía serio y tenía puesto un uniforme de recluso de rayas. Sólo habló para responder a las preguntas del juez.
De acuerdo con un reporte de CNN, Roof admitió ante los investigadores que “quería iniciar una guerra racial” tras la balacera.
Uno de los funcionarios precisó que el joven compró en abril el arma calibre .45 que usó en el tiroteo del miércoles por la noche.
También se había quejado de que “los negros se estaban apoderando del mundo” y que “alguien debía hacer algo por la raza blanca”, de acuerdo con un amigo del agresor que avisó al FBI.
En tanto, deudos de las nueve víctimas del tiroteo perdonaron a Storm y le aconsejaron arrepentirse de sus pecados, luego de haberse careado con el presunto homicida durante la comparecencia inicial de éste en un tribunal.
“Yo te perdono, mi familia te perdona”, dijo Anthony Thompson. “Me gustaría que aprovecharas esta oportunidad para arrepentirte... Haz eso y estarás mejor de como te sientes ahora”.
A su vez, Felecia Sanders que sobrevivió al ataque al hacerse la muerta, pero perdió a su hijo Tywanza, también habló desde la sala del juzgado, en la que la imagen de Roof apareció en una pantalla de televisión.
“Nosotros te dimos la bienvenida el miércoles en la noche a nuestro estudio de la Biblia con los brazos abiertos. Tú mataste a algunas de las personas más bellas que he conocido. Me duele cada fibra de mi cuerpo... y jamás seré la misma”, declaró Sanders a Roof.
El atacante parecía triste y reclinó ligeramente su cabeza hacia adelante, sin exhibir otras emociones cuando hablaban los parientes de los fallecidos. Desde la prisión, Roof pudo escuchar lo que decían las personas, pero sin verlas, porque la cámara sólo mostraba al juez.