La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel fue rechazada ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU, luego de que 14 miembros, entre los que destacaron los aliados tradicionales de Washington, se unieron para darle la espalda.
En una muestra poco común de unión entre bloques de países comúnmente enfrentados, tanto Rusia y China como los países de Europa Occidental expresaron su preocupación de que la decisión del inquilino de la Casa Blanca vuelva a provocar una ola de violencia en Medio Oriente.
Lamentaron igualmente que la decisión unilateral de Estados Unidos representa una violación al derecho internacional, así como a varias resoluciones tanto de este organismo como de la Asamblea General, que conceden a Jerusalén un estatus especial.
La embajadora ante la ONU, Nikki Haley, adoptó un tono moderado y enfatizó, al igual que Trump el miércoles pasado, en que la decisión no afecta al estatuto final de Jerusalén ni a las negociaciones de paz.
“No es un revés para el proceso, mi país mantiene su compromiso de apoyarlo. Tener la embajada donde está la capital es solo una decisión de sentido común. Estados Unidos fue el primero en reconocer a Israel y ahora es el primero en aceptar su capital. Hemos admitido lo obvio”, se justificó Haley.
Los aliados de EU en el consejo, los miembros permanentes Francia y Reino Unido, no sólo criticaron la decisión en la sala de sesiones, sino que leyeron un comunicado conjunto que emitieron además con Suecia y con Alemania.
La decisión de Estados Unidos, expresaron, “no está en consonancia con las resoluciones del Consejo de Seguridad y no es útil para las perspectivas de paz en la región”.
Nikolay Mladenov, representante especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, informó que las revueltas en decenas de localidades en Cisjordania y varios puntos a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza e Israel ya han causado la muerte de una persona, así como heridas a 350 individuos.
En el marco del “Día de Ira” contra Israel, miles de palestinos salieron a las calles de Ramala, Gaza, Jenin, Nablus, Hebrón y otras localidades para protestar contra la Casa Blanca. Varios grupos de jóvenes se dirigieron a los puestos de control militares israelíes, donde lanzaron piedras y cócteles molotov contra los soldados, que respondieron con disparos y el uso de material antidisturbios.
De fondo, siempre, los gritos de “Jerusalén es palestina e islámica” y cantos como “muerte a Israel”.
Poco después de finalizar los rezos musulmanes en las mezquitas, parecía que la convocatoria de Hamas a una nueva intifada contra Israel, no había tenido suficiente eco en el terreno.
El portavoz de la Policía, Micky Rosenfeld, recalcó que las fuerzas estaban alertas en el terreno, pero que las plegarias del viernes habían terminado sin choques, dispersándose los fieles en calma.
El jefe de Hamas en Gaza, Ismail Haniye, declaró ayer: “la intifada que ha comenzado no cesará hasta que liberemos Jerusalén” y aseguró que “estamos dispuestos a pagar con sangre”.
Tras los comunicados publicados desde el exterior por parte del Estado Islámico (EI) y Al Qaeda exhortando a atentados contra Israel, uno de los jefes de Yihad Islámico, Ahma del Mudlal, declaró que “es necesario liberar a Jerusalén de manos del enemigo y el único camino para hacerlo es el de Saladino, que la conquistó de los Cruzados”.
En Ramala, sede central de la Autoridad Nacional Palestina, una de las figuras centrales de Al Fatah, Yibril Rajub, aclaró que los palestinos rehusan recibir al vicepresidente estadounidense Mike Pence que llega próximamente a la región. Según fuentes palestinas, en un mensaje de la Casa Blanca se pidió concertar un encuentro entre el presidente Mahmud Abás y Pence en Belén, pero fue rechazado. Asimismo, el principal negociador palestino, Saeb Erekat, dijo ayer que la Autoridad Palestina no entablará ningún diálogo con EU hasta que Trump revierta su decisión.
Aunque para Trump su “compromiso con la paz sigue intacto”, no ha ofrecido de- talles ni plazos sobre su supuesta propuesta para que israelíes y palestinos vuelvan a negociar más de tres años después. Varios medios estadounidenses han adelantado que su yerno y asesor, Jared Kushner, hará público su plan la próxima semana.
Mientras, en todo el mundo árabe y musulmán, miles de personas salieron a las calles para expresar su solidaridad con los palestinos y su ira contra el giro de Trump en la política estadounidense.
Manifestaciones multitudinarias tuvieron lugar en Pakistán, Irán, Turquía, Argelia, Jordania, Túnez, Somalia, Yemen, Mauritania, Malasia, Indonesia, Irak, Siria, Líbano, Baréin, Sudán y Egipto.
De hecho, Pence también viajará a El Cairo durante su gira la próxima semana. Allí, el jeque de Al Azhar, una de las principales instituciones del islam suní, Ahmed al Tayeb, ha rechazado reunirse con él. El jeque aceptó la invitación de Pence el mes pasado, pero tras el anuncio de Washington respecto a Jerusalén ha decidido declinarla.
Magnate se jacta de que cumplió promesa
El presidente de EU, Donald Trump, desde su cuenta de Twitter, se vanaglorió de que cumplió su promesa de campaña de reconocer a Israel en comparación con sus antecesores.
Difundió un video de poco más de un minuto para mostrar cómo sus predecesores Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama señalaron a Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen de Israel, pero no actuaron en consecuencia.
En el montaje, Trump señala cómo durante sus respectivas campañas electorales tanto Clinton como Bush dijeron que estaban a favor de la mudanza de la embajada estadounidense de Tel Avi a Al-Quds, pero una vez en el cargo cambiaron de opinión.
El video del magnate al final muestra una imagen del discurso que pronunció el miércoles Trump en el que anuncia su polémica decisión, y alude la falta de “valentía” de quienes ocuparon la Casa Blanca antes que él.