La derecha alemana dio un ultimátum de dos semanas a Angela Merkel ayer, para encontrar una solución europea al desafío migratorio y amagó con cerrar las fronteras del país.
La canciller aseguró que no habrá un cierre “automático” de sus fronteras a los demandantes de asilo, incluso si fracasan las conversaciones a nivel europeo. “No queremos actuar de manera unilateral, no concertada y que provoque daño a terceros”, explicó Merkel.
Sin embargo, si Merkel fracasa a nivel europeo, su posición sería difícilmente sostenible, ya que defendió una respuesta comunitaria a la afluencia de solicitantes de asilo. Su frágil coalición con la derecha dura del partido bávaro CSU y los socialdemócratas podría derrumbarse.
Según la agencia DPA, el partido del ministro del Interior, Horst Seehofer, preveía, salvo acuerdo europeo en la reunión del 28 y 29 de junio, expulsar de sus fronteras a todos los solicitantes de asilo que hayan ingresado a otro país de la UE, la gran mayoría por Italia y Grecia.
El Dato: Merkel recibió anoche a su homólogo italiano, Giuseppe Conte, cuyo país veta el acceso a sus puertos a los barcos de ONG que transporten a migrantes.
El responsable del partido bávaro, Hans-Peter Friedrich, indicó que las medidas de “rechazo serán elaboradas para principios de julio”. “Este es el día en que se decide el destino de Angela Merkel y el del gobierno”, consideró el diario Bild.
La llegada de más de un millón de demandantes de asilo a Alemania en 2015 y 2016 creó un sismo político que sigue teniendo importantes consecuencias. Aquella decisión de Merkel de abrirles sus fronteras contribuyó al ascenso de la extrema derecha y provocó disensiones en el bando conservador de la canciller, que alcanzan ahora su apogeo.
La Unión Europea no se queda afuera: sus miembros no logran acordar soluciones sostenibles para proteger sus fronteras y organizar la acogida de migrantes.
Merkel rechazó la petición del CSU porque teme que una decisión unilateral de su país genere caos e impida lograr una solución común en Europa, en un momento en que la UE estudia crear un sistema de asilo compartido.
“Se trata de un desafío europeo que necesita una respuesta europea”, declaró Merkel este fin de semana, coincidiendo con la crisis de los 630 migrantes rescatados por el barco humanitario Aquarius, frente a las costas de Libia, que llegaron el pasado domingo a España tras una semana de travesía por el Mediterráneo, después de que Italia vetara su desembarco en sus puertos.
La CSU, que se prepara para difíciles elecciones regionales en Baviera en octubre, acusa de laxismo a la canciller y su partido democristiano (CDU), con el que está aliado desde 1949.
“Es primordial que la cumbre de la UE tome por fin decisiones a finales de junio”, avisó Seehofer en una tribuna publicada ayer por el diario FAZ. “La situación es grave pero aún se puede resolver”, añadió. Aseguró que su intención no es “hacer caer a la canciller”.
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