Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos, afirmó que ordenará incrementar la producción de jeringas y otros suministros con el fin de acelerar la vacunación contra el SARS-CoV-2. La aplicación del inmunizador comenzó de manera lenta en el país durante la administración de Donald Trump, al que Biden calificó como un “fracaso lamentable”.
Biden pretende establecer miles de centros de vacunación con ayuda de los trabajadores federales de socorro en casos de desastres; ahí médicos jubilados aplicarían las dosis a maestros, personas mayores de 65 años, trabajadores de tiendas de comestibles y otros grupos.
El presidente electo, que toma posesión el 20 de enero, invocaría la Ley de Producción de la Defensa, según indica un documento publicado por su equipo de transición. Con esto se pretende aumentar la producción de los insumos necesarios (viales de vidrio, agujas y jeringas) para distribuir la vacuna, así como para apoyar a la refrigeración y almacenamiento.
Los estados que usen su Guardia Nacional en el proyecto recibirán un reembolso del gobierno federal, dijo el equipo de transición.
Con las tasas de infección en aumento, Biden ha prometido hacerlo mejor que el presidente Donald Trump para frenar el virus, y conseguir que 100 millones de dosis estén en los brazos de los estadounidenses durante sus primeros 100 días en el cargo. Biden tomará posesión del cargo el miércoles.
El coronavirus ha matado a más de 389 mil personas en Estados Unidos y ha infectado a cerca del 7 por ciento de la población. Un alto asesor dijo que el recuento de muertes podría llegar a 500 mil en febrero.
En su discurso del viernes por la tarde cerca de su casa en Wilmington, Delaware, Biden pidió que se aumente la distribución de vacunas en los barrios de bajos ingresos que actualmente no están bien atendidos por los hospitales de salud pública y las farmacias. Biden también planea una campaña de marketing para animar a los escépticos de la vacuna a que se inoculen.
"Este es un momento para establecer grandes metas y acometerlas con coraje y convicción porque la salud del país está literalmente en juego", dijo Biden.