El cardenal de Honduras, Óscar Rodríguez Maradiaga, se solidarizó con los representantes católicos en Nicaragua, nación vecina, al denunciar que el régimen de Daniel Ortega emprendió una “guerra callada” contra la Iglesia.
Horas después de que se reportara el arresto y secuestro del sacerdote Oscar Benavidez, pues se desconoce su paradero, Rodríguez ofreció una misa por las víctimas de la persecución.
“Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ése no es el fuego que Jesús ha venido a traer”, externó desde Tegucigalpa el integrante del Consejo de cardenales que asesora al Papa Francisco en medio del crecimiento del asedio contra clérigos que critican el régimen de Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo.
Y recordó que en las últimas semanas el gobierno sandinista cerró medios de comunicación católicos al tildarlos de organizaciones violentas que promueven la discordia en la región y estrechó el cerco contra líderes de la Iglesia católica, pues cinco sacerdotes siguen acorraladas en la diócesis de Matagalpa ante la vigilancia permanente de la Policía de Ortega.
En tanto, la Diócesis de Nicaragua denunció el arresto de Benavidez de la parroquia Espíritu Santo-Mulukukú cuando fue interceptado por agentes de Ortega.
Aseveró que tras varias horas del arresto aún no se sabe a qué lugar fue trasladado ni bajo qué cargos, pues no se han revelado las causas que llevaron a su aprehensión en plena calle.
Al respecto, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) demandó el “cese de la persecución contra la Iglesia y sus clérigos”, que se ha replicado por varias semanas, tal cómo lo ha hecho el régimen contra políticos, líderes estudiantiles, la prensa y defensores de los derechos humanos.
CEHR