El gobierno de China cuestionó a la Corte Penal Internacional (CPI) por su intento de arrestar al líder del Kremlin, Vladimir Putin, a más de un año de que le declaró la guerra a Ucrania.
Para el régimen de Xi Jinping la decisión del Tribunal de La Haya por presuntos crímenes de desplazamiento forzado de niños es una postura parcial y un “doble rasero”, pues se presta a interpretaciones para favorecer a la nación que Occidente ve como la víctima.
El vocero de Exteriores, Wang Wenbin, consideró que tales acciones sólo aumentan la polarización del conflicto mientras siguen los bombardeos, justo el mismo día en que el presidente chino arribó a Moscú para reunirse con su homólogo ruso, cumbre en la que el segundo busca ser intermediario del conflicto con la mira puesta en recuperar la paz regional.
Ante esta situación, la potencia asiática, a través de Wenbin, demandó respetar la “inmunidad de los jefes de Estado”, en una franca defensa de su aliado, sin fijar su postura en torno a las ejecuciones, violaciones y torturas denunciadas y documentadas por Ucrania y expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asimismo, en conferencia el representantes de Beijing exhortó a la CPI a mantenerse “objetiva e imparcial” conforme al derecho internacional, con lo que deja en claro que también debería haber medidas similares contra Ucrania, pues esas fuerzas también han causado muertes.
En tanto, medios de Ucrania resaltaron la relevancia de esta orden de captura, pues el presidente Volodimir Zelenski la calificó de una señal de que Rusia sí está cometiendo crímenes contra la humanidad, por lo que resaltan que es una advertencia de que el líder del Kremlin no tendrá refugio ante las atrocidades cometidas por los suyos. Además, destaca que gobiernos aliados como Alemania externaron su respaldo a Ucrania al sostener que si Putin llegara a pisar su territorio cumplirían tal orden.
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