Al cierre de abril, cerca de 500 mil trabajadores de la industria de la construcción podrían quedarse sin empleo, ya que las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), que representan 96 por ciento de esta actividad, no cuentan con la liquidez para sortear la crisis económica provocada por el Covid-19.
En entrevista con La Razón, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Eduardo Ramírez Leal, sostuvo que desde hace unos años las empresas del ramo no han tenido la oportunidad de desarrollarse por completo a falta de una política pública adecuada, por lo que las compañías tienen problemas de liquidez y, por ende, no podrán mandar a los trabajadores con sueldo a su casa como parte de las medidas de distanciamiento social para atender el coronavirus.
“El 96 por ciento de la industria son Pymes, y de éstas 80 por ciento son microempresas. El apoyo de 25 mil pesos que está ofreciendo el Gobierno no es suficiente, debe haber un paquete de ayuda mucho más fuerte, porque las empresas de la industria, aun las grandes, no cuentan con la liquidez para sortear esta etapa”, aseveró el empresario.
EL DATO: 2.8 por ciento preveía la CMIC que crecería industria en 2020
Cerca de 12 mil empresas están afiliadas a la CMIC, con seis millones de trabajadores, de los cuales 25 por ciento son permanentes y el resto temporales, es decir, son contratados por obra, según información de la Cámara.
Para evitar una mayor repercusión en los empleos del sector, Ramírez Leal sugirió al Gobierno federal que se aproveche el tiempo de cuarentena para adelantar algunas licitaciones de obra pública, para que los trabajos puedan comenzar inmediatamente al término del confinamiento y beneficiar a los trabajadores de la construcción.
El presidente de la CMIC indicó que “es un llamado de desesperación” al Gobierno atender las peticiones de la industria y ver cómo van a transitar este periodo con las medidas de contención para evitar la propagación del Covid-19, contempladas hasta el 30 de mayo próximo.
Cabe recordar que al cierre de 2019, la industria de la construcción registró una caída de 6.9 por ciento, su peor contracción en 18 años. Lo anterior derivó en que 152 mil plazas laborales se perdieran a lo largo del año. Para este año, la CMIC prevé una caída similar, entre 6.0 y 7.0
por ciento.
“Tenemos un panorama complejo. Hemos hablado de diferir las obligaciones patronales o el pago de impuestos, algo que fue mal visto por el Gobierno. No es que quisiéramos una condonación, sino un diferimiento y así buscar condiciones de oportunidad para que las industrias no se mueran después de que se concluya esta contingencia sanitaria”, señaló Eduardo Ramírez Leal.
El empresario hizo un llamado para que se llegue a un acuerdo entre Gobierno, empresarios y sociedad para enfrentar el problema. “Nosotros no queremos causarle ningún problema al Gobierno, pero se necesita un paquete de ayuda más fuerte y otros productos de acuerdo al tamaño de la empresa ”.
EL DATO: La industria de la construcción registró en 2019 un desplome de 6.9 por ciento, debido a factores complicados en la industria, como el alto costo de los insumos y paro de obras.
Respecto a la propuesta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) de que el Gobierno destine 97 mil millones de pesos mensuales para darle a los trabajadores un Salario Solidario, Ramírez Leal indicó que se tiene que analizar la iniciativa para ver su viabilidad, tanto para los empresarios como para las autoridades.
Por ello, reiteró a la actual administración realizar mesas de diálogo para encontrar un camino en favor de las MiPymes y los trabajadores. “Me queda claro que la Iniciativa Privada no tiene ningún problema con el Gobierno. Es momento de la solidaridad, de tener mesas de diálogo. Ha dicho el Presidente que la construcción es necesaria para generar empleo, bueno que se dé, pero no necesariamente a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), sino de empresas mexicanas”.
SECTOR DESPLAZADO. Aunque la CMIC indicó que hasta 30 por ciento de la industria está parada, ya que las constructoras dedicadas a obras de agua potable, energía eléctrica y hospitales siguen operando; sí afirmó que se sienten no atendidos, porque las obras de Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya continúan a pesar de la emergencia sanitaria por el coronavirus.
“¿Qué podemos hacer si es una decisión del Ejecutivo? No hemos podido convencerlos de que se apoye a la industria, menos de que deberíamos ser medidos con la misma vara...”, sostuvo.
Agregó que se han sentido ofendidos cuando se responsabiliza a las empresas constructoras de obras inconclusas en otros periodos gubernamentales, pero que no se aclara lo anterior con alguna investigación. “Si el Gobierno se vuelve constructor a través de la Sedena, pensamos que puede apoyarse de las empresas constructoras mexicanas”.