Los hogares de bajos ingresos en México han sido los más afectados en su poder adquisitivo por la alta inflación, pues en 2022 enfrentaron una tasa de 9.70 por ciento, superior en casi dos puntos a la general, que cerró el año en 7.82 por ciento, destacó el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
“Aunque la inflación mostró signos de desaceleración hacia finales del año pasado, persiste la carestía en productos alimentarios, lo que ha provocado que el poder adquisitivo de los hogares de menores”, añadió en un análisis.
Explicó que esto se debe principalmente a que los hogares con menores ingresos destinan una fracción mayor del gasto a la compra de alimentos, que ha sido precisamente el rubro con mayor incremento en precios.
En particular, los hogares con ingresos bajos dedican la mitad de sus gastos totales a la compra de alimentos, bebidas y tabaco. En contraste, los hogares de altos ingresos dedican sólo el 28 por ciento de su gasto a la compra de estos bienes.
Por ejemplo, expuso, un hogar con un ingreso promedio mensual de tres mil pesos (que forma parte del primer decil de ingresos) destina más del 10 por ciento de su gasto a la compra de pan, tortillas y cereales, mientras que un hogar con ingresos mensuales superiores a 54 mil pesos (parte del decil 10) destina menos del 3 por ciento de su ingreso a ello.
En consecuencia, la inflación superior a 12 por ciento que han mantenido estos productos a lo largo del 2022 ha afectado en mayor medida el poder adquisitivo de quienes dedican una fracción mayor de su ingreso para adquirir esos productos alimenticios.
FBPT