Roberto García Requena
Sorprende que algunos analistas defiendan el argumento de que los servicios de audio y video por internet, mejor conocidos como OTT (Netflix, Amazon Video, Hulu, etc), sean un complemento, y no un sustituto de la televisión de paga, ya sea satelital o por cable.
La intención que hay detrás de este argumento es que cuando se defina el mercado relevante de televisión restringida, se hagan a un lado los OTT, y se declare a Televisa como preponderante. De esta manera Televisa estaría sujeta e una regulación específica.
Poco, o casi nada, conocen entonces estos “expertos de la regulación” de los temas de competencia económica. Se equivocan al señalar que no son bienes sustitutos de telecomunicaciones en razón de la diferencia que hay en la tecnología de transmisión. Agrupan a la TV por satélite y cable en un costal, y a la TV por internet (OTT) en otro. Se amparan en que la ley define al primer grupo como redes de telecomunicaciones, mientras que al segundo, no.
La visión es errónea. El quid del asunto no está en la tecnología sino en la competencia que representan estos servicios entre sí en el mercado. ¿Quién puede negar que una película o serie de Netflix (OTT), transmitida por internet, es un perfecto sustituto de un programa en Sky, transmitido por satélite? El usuario tiene la opción para elegir entre ambas. Netflix y Sky compiten por la audiencia, por solo dar un ejemplo. Esto los hace sustitutos en el mercado. Así de fácil.
Ahora bien, es cierto que existen empresas con una importante participación en el mercado de televisión de paga, como es el caso de Televisa, pero está comprobado que no tienen amarrado al mercado ni controlan precios. Tan así es que, de acuerdo con la consultora inglesa OVUM, los precios de la TV de paga en México son los más accesibles de América Latina.
Por otro lado, operadores de TV de paga han tenido que adquirir empresas cableras para acceder con más infraestructura a zonas donde antes no tenía participación. Pero no lo han hecho por gusto, sino por necesidad, dado el impedimento que persiste para acceder a la red local del agente económico preponderante en telecomunicaciones, Telmex.
Pese a estos impedimentos, se ha podido conformar a un jugador capaz de competirle a Telmex en telefonía y banda ancha: izzi, filial de Televisa, quien ha logrado consolidar un servicio competitivo, y que ha obligado al preponderante a revisar y disminuir sus precios, algo que no había hecho en años.
Declarar a Televisa como agente con poder sustancial en el mercado de audio y video asociado, ignorando la participación y sustituibilidad de mercado de los OTT, e imponerle condiciones específicas, significaría atar de manos al único competidor real en servicios empaquetados que tiene Telmex.
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