Alejandra Barrales Magdaleno

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A Alejandra Barrales parece que las responsabilidades le ajustan bien. Lo fue así cuando en su infancia le tocó cuidar a sus dos hermanos más pequeños.

Pasó lo mismo cuando, ya trabajando como sobrecargo, aceptó la responsabilidad de liderar la lucha laboral de su gremio.

Y en fechas más recientes lo ha sido la maternidad, la cual, como ella define, es su “motor de vida” y la ha impulsado para enfrentar la responsabilidad de ser, hasta fechas recientes, presidenta nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y, ahora, el reto de buscar la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX por el sol azteca.

Autodefinida como una mujer que pretende ser “parte del cambio en México”, Alejandra dividió sus primeros años de vida entre la Ciudad de México y Michoacán, siguiendo las rutas que, por trabajo, debía seguir su padre.

“De pequeña viví en Michoacán; nací en la CDMX, pero prácticamente a las dos o tres semanas de nacida nos fuimos a Michoacán por una cuestión de trabajo de mi papá.

“Entonces yo digo que tengo doble nacionalidad, porque he pasado largas temporadas en Michoacán y en la Ciudad de México”, me relató Alejandra hace unos meses, cuando todavía no se oficializaba su intención de contender por la Jefatura de Gobierno de la CDMX. “Mi papá era conductor de un autobús y se esforzaba por sacarnos adelante”.

Ante las necesidades económicas que afrontaba la familia, la madre de Alejandra también debía trabajar, por lo que ella tomó la responsabilidad de cuidar a los más pequeños: “Desde muy chica yo me hacía cargo de mis dos hermanos; yo soy la mayor, porque mi mamá precisamente salía a trabajar. Trabajaban mi papá y mi mamá”.

También, como consecuencia de la necesidad es que Barrales Magdaleno comenzó a trabajar desde los 15 años, aunque lejos de dejar que la vida la llevara sin rumbo fijo, se encaminó a una de las labores que le atraían: fungir como sobrecargo.

“A los 15 años empecé a trabajar, siempre pensé en ser sobrecargo; en aquel entonces decían aeromoza; quería ser diputada y quería dar noticias en la tele. Busqué alternativas y a esa edad inicié mi trabajo como asistente de la secretaria particular del director de Recursos Humanos de Aeroméxico, con la idea de luego ingresar como sobrecargo”, narra Alejandra.

Como una de esas coincidencias que a veces obsequia la vida, entrar a Aeromexico la llevaría a la siguiente etapa de su existencia: la lucha sindical y, luego, la entrada a la política.

“Estuve como tres años y vino la quiebra de lo que era entonces Aeronaves México; cuando eso pasó, no recuerdo cuál fue el momento exacto, empezamos a ayudar a compañeros a defenderse del propio sindicato, que no nos ayudaba, nos dejó sin apoyo y así empezó mi interés por las leyes y por conocer mis derechos. Varios compañeros me dieron impulso y de repente ya encabezaba un grupo de oposición al interior del sindicato”, menciona Barrales al recordar la etapa en que cinco mil sobrecargos fueron despedidos.

Es entonces que se apasiona por el reto de también defender los derechos laborales de las mujeres: “No teníamos derecho a embarazarnos, no teníamos derecho a usar pantalones cuando íbamos a lugares fríos”. Mientras, se daba el tiempo para continuar con sus estudios  en derecho y, posteriormente, la maestría en administración pública.

Lo más sobresaliente es que realizó dichas tareas sin descuidar el lado personal, pues de manera simultánea se hacía cargo de una sobrina y hasta se daba tiempo para el amor.

“Estuve 17 años casada y decidí no ser mamá. Seguramente en principio por consecuencia de ser mamá obligada desde muy pequeña; me hacía cargo de mis hermanos a los 10 u 11 años, tenía que hacer de comer, llevarlos a la escuela y una serie de cosas que no me dejaban con muchos deseos de ser mamá. Era un tema resuelto, hasta que mi hermano se convirtió en papá soltero y una de sus hijas me adoptó como su mamá, ya no quiso separarse”.

Luego, hubo un día en que Alejandra estaba de nuevo enamorada y, sin importar que estaba cumpliendo 40 años de edad, decidió ser madre.

“Creo que parte de lo que sucede en la vida te lleva a ciertos escenarios que no tienes contemplados. Una vez que llegué al Senado, una etapa donde la vida me obligó a caminar con más lentitud, con una dinámica más tranquila, de repente se presentó una relación que me inspiró esa posibilidad. Ahí aprendí lo que era un deseo. Yo pensé que siempre había tenido muchos deseos: deseaba ser sobrecargo, ser diputada, tener un coche; deseaba muchas cosas, pero hasta que quise ser madre entendí que ese deseo estaba en el corazón y siempre buscaba cosas con la cabeza. Ahí lo sentí de manera inexplicable, exploré la posibilidad de hacerlo realidad, vi que sí se podía y me convertí en mamá”, relata.

En la actualidad, Barrales es una de las mujeres con más influencia en la política de México, lo cual tampoco le ha impedido consolidarse como madre, ni negarse la oportunidad de realizarse como mujer.

Y es así que Alejandra cierra su pensamiento siempre con la mente en ayudar a mejorar a México: “Muchas cosas te cambian la vida, no solamente la maternidad; ése es un cambio. Las mujeres renacemos cuando nos convertimos en mamás, pero también lo que has vivido, las experiencias que te ha dado la vida te colocan en una condición donde no tienes duda de que lo más importante es ser parte de los cambios, ser parte de lo que pueda mejorar a este país, más allá de pensar en los encargos, más allá de pensar en los espacios”.

Mujer de retos y resultados

En el año 2000 (primera imagen), como secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), a Barrales le tocó encabezar la defensa de los trabajadores de Aeroméxico contra la requisa que aplicó la SCT luego de que se declararon en huelga, entre otras luchas por la defensa de los trabajadores.

La aspirante a la candidatura perredista ha dicho que es una mujer de retos y resultados, pues sus más de 25 años de experiencia garantizan que es la mejor opción para encabezar la candidatura y después, ser la Jefa de Gobierno que saque adelante a la ciudad.

“Tengo una trayectoria probada; soy una mujer de retos y resultados. La gente me conoce, tengo más de 25 años transitando y conociendo las entrañas de la ciudad; la conozco en todos los sentidos, en números, en cifras; he ocupado cargos en el Gobierno y estuve en la Asamblea Legislativa; tengo una trayectoria que me ha permitido conocer los diferentes momentos de la ciudad”.

En un acto masivo que encabezó la aspirante a alcalde de Iztapalapa por el sol azteca, Karen Quiroga, (segunda imagen) recordó que como presidenta del PRD “no le tembló la mano” para tomar decisiones importantes e impulsar el Frente Ciudadano y después la coalición Por México al Frente con el PAN y Movimiento Ciudadano.

Sostuvo que la capital del país necesita “una nueva relación con sus gobernantes; que haya empatía, que la gente que lleva el gobierno entienda a la gente”.

La aspirante a la candidatura perredista ha dicho que es una mujer de retos y resultados, pues sus más de 25 años de experiencia garantizan que es la mejor opción para encabezar la candidatura y después, ser la Jefa de Gobierno que saque adelante a la ciudad.

“Tengo una trayectoria probada; soy una mujer de retos y resultados. La gente me conoce, tengo más de 25 años transitando y conociendo las entrañas de la ciudad; la conozco en todos los sentidos, en números, en cifras; he ocupado cargos en el Gobierno y estuve en la Asamblea Legislativa; tengo una trayectoria que me ha permitido conocer los diferentes momentos de la ciudad”.

En un acto masivo que encabezó la aspirante a alcalde de Iztapalapa por el sol azteca, Karen Quiroga, (segunda imagen) recordó que como presidenta del PRD “no le tembló la mano” para tomar decisiones importantes e impulsar el Frente Ciudadano y después la coalición Por México al Frente con el PAN y Movimiento Ciudadano.

Sostuvo que la capital del país necesita “una nueva relación con sus gobernantes; que haya empatía, que la gente que lleva el gobierno entienda a la gente”.

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