Cuando tenía 18 años grabó un video sexual con su novio, tras seis años de relación sentimental. Nunca imaginó que ese material circularía por redes sociales sin su consentimiento. Él rechazó ser el responsable de difundirlo; hubo murmuraciones sobre su vida sexual; algunos hombres le solicitaban sexo; también la llamaron la “gordibuena de Puebla”.
Eso fue lo que narró Olimpia Coral Melo Cruz a BBC noticias, luego de que el Senado de la República aprobara por unanimidad la denominada Ley Olimpia, en alusión a su nombre, pero sobre todo, a su lucha por penalizar y sancionar la violencia sexual digital.
Olimpia no sólo se encerró ochos meses en su casa, sino que intentó suicidarse al sentirse culpable de lo ocurrido. Al salir de la depresión, buscó hacer justicia, pero al llegar al Ministerio Público le dijeron que ese delito no existía y que, como fue grabado con su autorización, no había nada por hacer.
“La gente no tiene idea de lo que causa ese tipo de violencia. Cada vez que alguien comparte contenido íntimo de una persona que no lo permitió, es como una violación. A mí no me penetraron, pero me estaban violando porque utilizaban mi cuerpo, digitalizado sí, pero mi cuerpo al fin. Ya no soy la ‘gordibuena’, ahora mi nombre se asocia a una ley que pena los abusos en Internet”, dijo Olimpia.
La reforma al Código Penal Federal y a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia sanciona la violencia digital y mediática; y combate el acoso, hostigamiento y difusión de contenido sexual en contra de mujeres en Internet o redes sociales.
El delito de violación a la intimidad sexual será castigado con penas de tres a seis años de prisión y una multa de 500 a mil Unidades de Medida y Actualización (UMA) a quien fotografíe, grabe, imprima, elabore, divulgue, comparta, distribuya o publique imágenes, videos o audios de contenido íntimo sexual de una persona que tenga la mayoría de edad, sin su consentimiento, aprobación o autorización.
La sanción se incrementará hasta en una mitad cuando el delito sea cometido por el cónyuge, concubinario o concubina o por cualquier persona con la que la víctima tenga o haya tenido una relación sentimental, afectiva o de confianza, o por un servidor público en funciones.
Por Olimpia y por muchas otras mujeres que como ella levantan la voz para acabar con la violencia en contra de nuestro género. Porque no somos una, somos todas, y porque en México nos urge detener estos crimenes que dejan huellas para siempre.
Celebro la aprobación de la Ley Olimpia y reconozco que debe ser un primer paso en toda una cadena de ciberdelitos y ciberacoso, pues cada día las extorsiones, amenazas, torturas, delitos y crímenes encuentran en las redes sociales su principal instrumento para destruir miles y millones de vidas en México y en el mundo.
Frente a toda esta brutal realidad, seguiremos trabajando para crear, o en todo caso, modificar la legislación necesaria para enfrentar la impunidad que hasta ahora protege a los criminales.