Es común que los equipos de campaña busquen encontrar algo que haga diferencia entre los contendientes a un puesto de elección popular, muchos creen en su intuición y lanzan frases que pueden llegar a ser afortunadas y otras que son francamente desastrosas. Hoy en día existen formas de trabajar para encontrar lo que más se acerca a lo que la gente está esperando.
Se hacen estudios de antropología social, grupos focales, se hacen estudios de semiótica y se analiza la conversación en medios digitales, de todo eso salen elementos que ayudan a formular ideas que se acercan a lo que la sociedad espera, o lo que le hace sentido a la mayoría de los ciudadanos.
Muchos en el mundo del desarrollo de campañas tratan de encontrar una “generalidad brillante” o una generalidad resplandeciente, que es una frase emocionalmente atractiva que se asocia estrechamente con los conceptos y las creencias altamente valoradas por la gente y que transmite convicción sin información o razón de apoyo.
Es simplemente algo que no necesariamente tiene un sentido o una lógica, pero que de suyo, hace que la gente se identifique y se emocione. En ese sentido, vale la pena tener claridad que las elecciones se hagan con votos, y que los votos se hacen llegar a las urnas por las personas que en su mayoría van convencidas por dos vertientes, unos van a votar por la posibilidad de un ganador y otros van a votar en contra de alguien. Pero todos, unos y otros, van a votar con el corazón, es ahí donde la “generalidad brillante” entra en acción.
El concepto de la “generalidad brillante” es altamente valorado y sin duda tiene la aprobación y el reconocimiento general, que le da sustento y lo hace efectivo. Se dice que la “generalidad brillante” es usada desde el siglo XIX, y fue creada en el contexto de la abolición de la esclavitud. Se tiene registro de que las primeras generalidades brillantes estaban relacionadas justamente con la abolición de la esclavitud, y se registra “todos los hombres son creados iguales” como la primera de estas generalidades.
En el contexto que viviremos en México para las elecciones del 2023 con las elecciones del Estado de México y Coahuila, podremos ver que se harán ejercicios tendientes a medir lo que la sociedad espera de los candidatos a la presidencia en el 2024. Así pues, el 23 será el laboratorio del 24, hasta en la forma de hablarle al electorado y en la búsqueda de esa “generalidad brillante” que vaya y le dé un toque a las emociones, que nos despierte el amor por la patria, la necesidad de resaltar los valores, la familia y el hogar. Veremos cómo se habla del deseo de paz, libertad, gloria y honor.
Todo en el contexto de un llamado de atención a lo que se espera del corazón de las personas, tratando de que se haga un examen de aprobación, aun fuera de la razón.