Todos los indicios sobre la transparencia confluyen en la voluntad o no que tenga el gobierno siempre y cuando pase por su interés.
Desde hace tiempo se sabe que al gobierno no le gustan las instituciones autónomas y todo elemento externo que se dedique al estudio e investigación de estos asuntos.
En una más de las paradojas, recordemos que cuando el gobierno era oposición exigía la transparencia en todas las áreas vía organismos externos. Todas las virtudes que tuvo el Inai de la noche a la mañana se diluyeron y perdieron.
Estos días hemos visto, para variar, que no se han alcanzado acuerdos para nombrar a tres comisionados del instituto, en medio de la intransigencia que impide acuerdos con la mayoría, la cual asegura que el Inai tendrá comisionados “cuando queramos, porque somos la mayoría”, todo ello en un capítulo más de no necesitamos acuerdos.
El titular de Gobernación encabeza esta posición. Aseguró esta semana en el Senado que no es un tema de la agenda del gobierno y que no tienen prisa en apurar los nombramientos. A pesar de ello, el coordinador de Morena en la Cámara alta en la misma reunión aseguró que, como fuera, tienen que apegarse a las leyes y con ello permitir que el Inai tenga los suficientes comisionados para sesionar.
Se va perfilando un lamentable escenario. El instituto se quedará en el limbo y no podrá actuar acorde a las obligaciones y demandas que tiene. La presidenta comisionada pinta el panorama de lo que viene ante la imposibilidad de sesionar: al Inai le llegan al menos 500 solicitudes de información al mes. Es cuestión de hacer números para tener una idea de lo que puede suceder en el corto plazo.
Las solicitudes de información son de toda índole y no sólo son, como se ha insistido, de periodistas. Una gran cantidad de ciudadanos solicita información al instituto para asuntos que son de su interés, buscando la manera de tomar las mejores decisiones. Pero no es sólo eso, también existen solicitudes ciudadanas que buscan conocer cómo se maneja el gobierno en diferentes áreas por un interés profesional.
Se está cerrando una puerta a los ciudadanos, lo cual puede traer grandes riesgos. Uno de los más importantes es que se rompan los procesos de intercambio informativo entre los institutos autónomos, los gobiernos y la ciudadanía.
Las decisiones que se están tomando en Palacio Nacional y en la mayoría en las cámaras, a querer o no, le cierran el camino a la ciudadanía para conocer las acciones de gobierno. Si la razón pasa por la austeridad o por el austericidio, según se quiera ver, al final es una decisión que rompe con la transparencia que lleva a terrenos en donde ésta empieza y termina en lo que determine el propio gobierno como en muchos casos se ha venido viendo.
La propuesta de un legislador de Morena que busca que el Inai pudiera sesionar con únicamente cuatro comisionados tendría que pasar por un consenso y estaría enfrentando dificultades en la operación.
Una alternativa que surgió también estos días plantea algo parecido. Siendo que el Senado está en falta y que no va a resolver este asunto antes de que termine el periodo ordinario de sesiones, éste le pueda conceder al Inai la posibilidad de que coyunturalmente pueda sesionar con cuatro comisionados.
La propuesta no resuelve el problema, pero le da un poco de aire vida al Inai y, como sea, abre la posibilidad de que sean entendidas la gran cantidad de demandas de solicitud de información.
Sin embargo, es evidente que no va a pasar nada. Morena obedece al Presidente y a éste no le importa el Inai, más bien, como hemos venido refiriendo, lo ve como un estorbo.
RESQUICIOS
La quiebra de Notimex parece ser que fue la salida a una huelga de varios años. Cierran la puerta de lo que fue una gran agencia informativa que fue la mirada y cara de México hacia el mundo. Pareciera también que con esta decisión se manifiesta lo que es para el gobierno su política hacia los medios públicos.