No hay quién

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Las y los aspirantes presidenciales del bloque opositor se reunieron la semana pasada para un evento digno de enmarcar en los anales de la historia política de México. Y le adelanto algo, de todos no se hace uno.

Con la finalidad de “proponer” alternativas para una eventual candidatura de unidad, y al llegar al poder, un gobierno de coalición, desfilaron por el salón nombres como Lilly Téllez, Santiago Creel, Miguel Ángel Mancera, Juan Carlos Romero Hicks, Ildefonso Guajardo, Gustavo de Hoyos, Silvano Aureoles y Claudia Ruiz Massieu, entre otros.

En el lugar todos se declararon listos, preparados, con agallas, levantaron las manos como los elegidos y dignos de un abanderamiento aliancista de cara a la elección de 2024. Y como el evento fue impulsado por organizaciones ciudadanas, todos se dijeron purificados de la vida política que han llevado durante décadas.

Al escucharlos dije: “ahora resulta que antes de militantes, exsecretarios de Estado, presidentes de partidos, jefes de Gobierno, legisladores, etc… etc…, todos son ciudadanos” ¡a otro perro con ese hueso!

Se trató de un encuentro, al que, por cierto, no asistieron los presidentes o dirigentes nacionales de los partidos políticos de la alianza “Va por México” y en el que hasta se dijo que hay que cambiar el modelo económico con una reforma fiscal que obligue a los informales a pagar impuestos.

Primero. No nos hagamos los que la virgen nos habla, si aquello de que la ciudadanía sea parte de una eventual candidatura presidencial fuera cierto, de entrada, todos los aspirantes —quizás a excepción de Gustavo de Hoyos, quizás, dije— tendrían que hacerse a un lado y dejarle el botín a alguien a quien seguramente querrán manejar.

Segundo. ¿Cuál de todos los egos que se reunieron la semana pasada le gusta para reconocer que no tiene el apoyo que se necesita y se hará a un lado sin chistar? Todas y todos quieren y están tercos, aferrados, realmente convencidos de que pueden abanderar y convertirse en el elegido que saque a Morena de Palacio Nacional en el 24.

Tercero. Un gobierno de coalición ¿sin cuotas y sin cuates? difícil de creer… ¿O ustedes creen que eso sea posible en una relación tóxica como la del PRI-PAN-PRD?

Cuarto. Tras la pasarela de dos días, alguien de los asistentes, a manera de broma, comentó: “Al único en la oposición al que le veo posibilidades reales es a Marcelo Ebrard” y todos soltaron la carcajada.

En este escenario hipotético, ¿cree que todos los que han impulsado la plataforma aliancista durante el sexenio, se harán a un lado sin chistar para dejarle el camino libre al actual secretario de Relaciones Exteriores? Yo tampoco lo creo.

Lo interesante es la verborrea, escuchar a los políticos de siempre —los que no se han cambiado a Morena— defender una supuesta candidatura ciudadana y aspirar a un gobierno de coalición, cuando lo que realmente les interesa es el poder, la ambición y el ego.

Quinto. Seamos honestos, si bien el actual gobierno está para llorar y la llamada Cuarta Transformación ha sido un fracaso monumental, volteando al otro lado, en la oposición, no existe uno sólo de todos los aspirantes al 2024, que tenga las credenciales, los blasones y sobre todo una carrera política “limpia”, para poder encabezar una candidatura firme, con credibilidad, propuestas y que verdaderamente apueste por un cambio total de ruta para este país. Al menos no se siente, a poco más de un año de la elección.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!!!

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