Trump y su campaña desde los tribunales

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

La semana pasada Donald Trump se convirtió en el primer expresidente estadounidense en ser imputado por cargos federales, por lo que tuvo que presentarse ante un juzgado en Florida para el registro de huellas dactilares y la primera lectura de los delitos en su contra, ante los que se declaró inocente. Pero, más que poner en aprietos al expresidente en su ruta para volver a competir en las elecciones del 2024, los procesos judiciales en su contra se han convertido en sus más exitosos actos de campaña.

Trump es acusado de 37 delitos federales derivados de las cajas llenas de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca para ocultarlos en su mansión en Mar-a-Lago. El proceso para la resolución de este caso puede durar meses, pues según la Speedy Trial Act el inicio del juicio debe darse 70 días después de la acusación formal, pero puede prolongarse debido al desahogo y naturaleza de los documentos de seguridad involucrados.

Pero más que preocupar a Donald Trump, este juicio ha sido una oportunidad más para lanzar gasolina a su discurso incendiario en el que se asume como una víctima del sistema. La emotividad con la que sus seguidores se congregaron fuera del tribunal, así como las escenas de triunfalismo con las que se paseó por la Pequeña Habana, es el reflejo de una campaña electoral que no ha sido ni siquiera abollada por la posibilidad de que el republicano se convierta en un criminal condenado. De acuerdo con la agregación de encuestas del RealClear Politics, Trump mantiene una ventaja de más de 30 puntos (que se ha venido incrementando en los últimos días) sobre su competidor más cercano para la candidatura del Partido Republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

La razón es muy clara: con los tiempos electorales del 2024 acercándose, en donde las primarias republicanas se realizarán entre febrero y junio, las actuaciones del Departamento de Justicia contra Trump pueden venderse discursivamente como una “cacería de brujas” para tratar de descarrilar al republicano. De hecho, una encuesta reciente de Ipsos muestra que 47% de los estadounidenses cree que la imputación de Trump estaba motivada por fines políticos, mientras que 37% opinaba lo contrario y 16% no estaba seguro.

Resulta interesante que, incluso si Trump es encontrado culpable, aún podría presentarse a las elecciones del 2024 sin problema, pues la Constitución estadounidense no establece una prohibición para que un criminal participe. De hecho, hay un antecedente de 1920, cuando Eugene Debs apareció en las boletas y recibió casi un millón de votos aun cuando estaba encarcelado, precisamente por espionaje.

Trump sabe que sus ambiciones políticas están intactas, aun si tiene que poner un pie en la cárcel, pero cada momento frente al jurado lo aprovechará para venderse como víctima. Además, tendrá más de una oportunidad, pues este caso federal se suma al rosario de los otros juicios abiertos en su contra, que lo harán aparecer continuamente en los juzgados. La justicia se acerca a Trump por la infinidad de actividades fuera de la ley que ha cometido, pero el magnate, como el hábil tergiversador de la verdad que es, logrará sacarle provecho.

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