Votos, popularidad e inseguridad

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Por más votos que haya alcanzado en las elecciones si el futuro gobierno no atempera el problema de la inseguridad, tarde que temprano estaremos en definitiva gobernados por la violencia con todas las peligrosísimas secuelas que esto tiene.

Estos días no hemos encontrado que haya una respuesta diferente por parte de la futura presidenta de lo que hemos vivido.

Es importante que continúen los programas sociales y las ayudas, los cuales no dejan de inquietar a futuro por las eventualidades de la economía, los pronósticos en la materia no son optimistas para el segundo semestre y el año que entra.

Es importante mantener una gobernabilidad económica que permita equilibrios, independientemente de los innumerables avatares de la situación económica mundial; las elecciones en EU son ya un factor a considerar.

Cada vez existen más evidencias de que los inversionistas extranjeros están profundamente preocupados por la situación interna. Al no tener certezas viviendo sistemáticamente problemas de violencia. Viven en muchos casos entre la intimidación, presiones y la exigencia del derecho de piso, las cuales se suman a la incertidumbre que provocan las propuestas de reformas, en particular la judicial.

Muchos se la andan pensando si seguir o no en el país.

El T-MEC sigue siendo el gran instrumento que nos permite ser el socio número uno de EU. El problema es que si no generamos certidumbre las revisiones próximas del tratado podrían traer nuevas exigencias de nuestros socios en relación a la seguridad.

El caso de los inspectores agrícolas estadounidenses que fueron intimidados en Michoacán en medio de la violencia e incertidumbre que se vive en algunas zonas del estado es un referente de lo que está pasando. La reacción de EU fue drástica lo que llevó a fuertes pérdidas por el cierre de la frontera al aguacate y al mango mexicanos.

Antes de que termine el año muy probablemente aparezca la propuesta de reforma electoral, la cual ya insinúa la concentración del proceso electoral en el gobierno, como sucedía en los 90. La autonomía de los órganos electorales es fundamental para los equilibrios, para la democracia y para el desarrollo mismo de la sociedad; esta reforma puede ser otro motivo de gran inquietud.

Al normalizar la violencia la hemos hecho parte de nuestras vidas y cada vez hay más elementos para entender que nos hemos acostumbrado a ella. El problema no es sólo por lo que se vive, sino porque se ha convertido en un elemento fundamental en la información cotidiana de los medios de comunicación y las redes.

Pueden aparecer 19 personas asesinadas en una troca y pareciera que no pasa nada, empezando por el gobierno. Como les ha dado por minimizar todo, acaba con expresiones que recuerdan el pasado: son problemas de ellos, es la lucha de los cárteles, nomás falta que digan que hay víctimas colaterales.

La presencia del Ejército en las calles no ha resuelto el problema. Las Fuerzas Armadas son nuestra última puerta para resolver el gran problema y hasta ahora no lo han hecho en medio de una sobreutilización del Ejército, el cual está en todos los ámbitos en medio de la opacidad en sus actividades.

Resulta profundamente riesgoso que todo asunto que quiera ser investigado lo manden a reserva por cinco años, porque son temas, dicen, de seguridad nacional.

La delincuencia organizada ha crecido en buena medida amparada por los gobiernos. En los últimos años las cosas no han cambiado mucho que digamos. Por más que se reúnan todas las mañanas a las 6 no hay indicios de que tengan un diagnóstico preciso que permita darle un giro a la estrategia en seguridad.

Tienen votos, tienen legitimidad, tienen popularidad, pero están muy lejos de resolver el problema número uno del país.

RESQUICIOS.

La entrevista de Saskia Niño de Rivera con El Bart, uno de los que perpetraron el ataque a Ciro Gómez, muestra la impunidad, cinismo, inseguridad y el riesgo que no deja de correr el periodista.

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