El Grupo Turbofín, que dirige Eduardo Flegman Lijtszain, estaría allanando el camino para convertirse en un jugador relevante en el ramo de arrendamiento vehicular para los gobiernos de Morelos, Durango, Aguascalientes, y Quintana Roo… entidades donde pelea los contratos públicos de empresas como Lumo, de Luis Montaño, que al parecer anda distraído en su carrera política como coordinador Ejecutivo del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
Para muestra, algunos botones. Por ejemplo, en Baja California, a cargo de Marina del Pilar Ávila, durante este 2024 Turbofin se anotó importantes asignaciones para la proveeduría de unidades terrestres… bajo el amparo del esposo de la gobernadora y exdiputado blanquiazul, Carlos Torres Torres, según nos cuentan fuentes allegadas al gobierno estatal.
Los registros disponibles muestran que este año el gobierno de Baja California entregó un sin fin de adjudicaciones directas, sin contar con la que tiene en el ayuntamiento de Tijuana cuando todavía estaba al frente del municipio la morenista Monserrat Caballero quien a través de la ADQ-2024-LP-009 le entregó un contratito por más de 116.9 millones de pesos. Ahora Turbofin busca crecer con el cabildeo de quién les apoyó en su expansión en el estado; es decir, Torres Torres, quien fue nombrado por el presidente municipal de Tijuana —Ismael Burgueño Ruiz— como su Coordinador de Proyectos Estratégicos… donde el esposo de la gobernadora —con la venia y vista gorda del alcalde Burgueño— tendrá mano en las asignaciones de dicho municipio fronterizo y otros tales como Ensenada y Tecate.
Casi casi como en Dinamarca, pues.
Pero hay que recordar que a Torres Torres lo expulsaron de Acción Nacional en 2019. Y ya fuera del partido se unió a Morena y tras recibir su purificación ideológica asumió un cargo clave en la administración del estado. Abjurar tiene sus recompensas pues Torres Torres trabajó para Felipe Calderón y usando su cercanía con Margarita Zavala logró ser diputado federal plurinominal entre 2006 a 2009 y después diputado del Congreso de Baja California. Vaya, el exmandatario habría asistido a su boda con Vanessa Morrison Loaiza.
Empero, la influencia de los cabilderos de Grupo Turbofin no termina ahí, pues habría llegado hasta Morelos, donde desgobierna desde hace unos meses Margarita González Saravia, y que lamentablemente vive una situación de violencia desmedida y fuera de control. Según reportes periodísticos, en los primeros 60 días de gobierno de González Sarabia se contabilizaron 200 muertos en actos de violencia sin mencionar el sonado caso del niño muerto por una bala perdida en Yautepec. Además es evidente y creciente su conflicto con el ex gobernador Cuauhtémoc Blanco por las auditorías iniciadas a la gestión del también futbolista.
En Morelos hay que tener bajo lupa a Carlos Pérez Herrera, director general de Relaciones Públicas de la Jefatura de la Oficina de la Gubernatura, de quien se dice se encarga de darle “el visto bueno” o “palomear” a las empresas que pretenden participar en alguna licitación pública. Si, esos filtros “del neoliberalismo” que “ya no existen” en los gobiernos “del pueblo”.
Pero según diversos testimonios, el ahora funcionario y ex presidente de la Coparmex Morelos habría impuesto un nuevo mecanismo -menos sofisticado, pero más redituable- para que las empresas que persiguen la chuleta presupuestal de la entidad: el dedazo. Mecanismo que acusan, podría ser utilizado en las contrataciones públicas que ya se alistan.
¡Puro ingenio transformador, pues!
Bacheton y otros cuentos piadosos. Tan pronto asumió la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada anunció con bombo y platillo el inicio de un intenso y hasta atrevido programa de bacheo por las descascaradas y ruinosas avenidas y calles capitalinas: 16 mil hoyancos —en algunos casos auténticos barrancos— que serían reparados por el ínclito equipo de la Secretaría de Obras capitalina a cargo de Raúl Basulto… mismo que ocupó interinamente el mandato de la alcaldía de Iztapalapa mientras Brugada andaba de campaña a mediados de este año.
El plan pretendía no sólo reparar avenidas principales que le corresponden al gobierno central, sino también las calles secundarias que le corresponden a las Alcaldías. Bueno, un presupuesto de 6 mil millones de pesos es muy, muy apetitoso. Además, se pretendía hacer una suerte de “bacheo artesanal” convocando a vecinos y colonos a participar en los trabajos de echar y apisonar asfalto.
La cosa es que ya pasaron 67 días desde esa promesa y nada, de nada. Las vialidades de la CDMX siguen en su condición de zona de guerra.
Charadas navideñas: una con amperaje inmobiliario. En estas fechas siempre son bienvenidos los juegos de salón que amenizan las tertulias decembrinas, y más si se deslizan entre los asistentes aquellas jocosas adivinanzas por descripción cuyo pimientoso toque es solaz de chicos y grandes.
Va la primera:¿quién es el bravo y aguerrido ahora ex funcionario que, brincándose las austeras disposiciones de su jefe supremo, mandó fabricar elaborados y finos libros —pasta dura, arte detallado, fotografía que no tienen ni Scorsese, couché de alto gramaje— por cada obra inaugurada (terminada o sin terminar) cual luces de neón; y siendo habilidoso en el manejo de pautas de electrizante musicalidad pudo derivar en afortunado propietario departamental y de cuyas rentas puede gozar sin preocupaciones sexenales?
Zamarripa encabeza la FIAP. A más de 25 años de su fundación, la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP o Federación), que agrupa a 9 naciones, designó a Guillermo Zamarripa de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore) como su nuevo presidente. Un justo reconocimiento.