“Llega de repente la lluvia, instala sus huestes, / minuciosos guerreros de seda y sueño. /Salta gozosa en los tejados, desciende por los canalones en precipitada algarabía; / comienza la gran fiesta de las aguas en viaje que establecen su transitorio dominio” (Álvaro Mutis). Llueve sobre las franjas de este agosto de gesto manso ante el cerco de la marea. Hay una melodía ascendente de vertiginosa y repentina dicción: escucho Sinfonía 3, de Gustav Mahler; leo Los versos juntos, de Carlos Germán Belli, quien el pasado 10 de agosto se despidió de “los mediodías y las medianoches” y de repente se fue a conversar “más allá de la luz y las tinieblas”.
Gustav Mahler conformó un estilo musical exclusivo: sustancial innovación bosquejada en nostálgicos y desconsolados apuntes melódicos de hermoso timbre y compleja estructura instrumental. Carlos Germán Belli prefirió dibujar calandrias en las refulgencias. Tomó el pincel de un ángel extraviado y delineó transfiguraciones para inscribirse en las empalizadas donde comienza el mundo. Supo que el albedrio es una contingencia que no culmina: Sur o Norte / qué importa el rumbo / qué importa la dentellada del miércoles indeciso.
Me invade el tiempo uno (Robusto, Resuelto) de la Tercera de Mahler: retumbos de los metales en murmurante prosodia. Violonchelos que irrumpen hasta los lindes del silencio. Flautas y cuerdas recreando una atmósfera de procelosa consumación. Sublime solo de violín. Motivo melódico que se desplaza hasta la sonoridad grave de los contrabajos. Representación del estío y todos sus balbuceos.
Mientras, Carlos German Belli perfila la noche en una labor de apurada incertidumbre: antiguas compensaciones sospesan el odio. Divago como un niño perdido que no sabe estampar ardores en los peñones. Eternamente añorar el polvillo que nos empañó la pupila. “Penetro del arcano el denso velo, / aun hurtando los rayos de la aurora, / y en oscuridad dejo por ti el cielo” (Belli).
El aguacero cabalga, persiste. Tempo di Menuetto. Muy sobrio: apacible dibujo sutil de los alientos y violines. Comodo. Scherzando. Sin prisa: sublime y a la vez pujante motivo melódico de los alientos y seductores glissandos de los trombones. Tempo Muy lento: mezzosoprano en ondulados fraseos de pasajes de Así hablaba Zaratustra (Nietzsche): sombras, fantasía, infinitud, presencia. Alegre en tempo y atrevido en expresión: mezzosoprano, coro infantil y de mujeres dialogan con el crepúsculo. Lento reposado. Con sentimiento: adagio, grandioso y conmovedor momento de la música occidental: cuerdas en murmullo acuoso. Flautas en gozosas articulaciones. La música es un deseo que se inscribe en el dolor: parece decirnos Mahler.
Belli me abraza. La lágrima: minúsculo abono: fugaz mudanza en los azogues del retrato. Cuántas segregaciones nos alejan / nos dispersan / nos borran por los lejanos y ásperos designios del deseo. / Alguien mastica animalitos en la cesación de la tarde. Alguien unta resina a la asediada sombra. Alguien se pone una máscara y viaja. / No desligo el nudo porque en “Esa increíble infinitud del orbe / No codicio ni un mínimo pedazo, / Mas sí el espacio de tu breve cuerpo / Donde ponerme al fin a buen recaudo” (Germán Belli).
Los versos juntos
- Autor: Carlos Germán Belli
- Género: Poesía
- Editorial: Sibila
Portada de "Sinfonía No. 3 / Mahler "
- Artista: Leonard Bernstein
- Género: Orquestal
- Sello: Grammophon