BAJO SOSPECHA

La maldición de las bodas de la 4T

Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Hace unos días circularon versiones de que la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, haría una gran boda el próximo 14 de diciembre con quien es su pareja hace ya varios años, Rubén Hernández Fuentes.

La supuesta boda se llevaría a cabo en una lujosa playa guerrerense, decían los rumores que llegaron a algunos medios de comunicación. Pero eso no es todo, se abrió una lista con el número de evento 391532 en la mesa de regalos en la tienda departamental El Palacio de Hierro. En esa lista se solicitaban certificados de dinero en efectivo para los supuestos novios.

La verdad es que la gobernadora ni se casa, ni abrió una mesa de regalos en la tienda departamental. La lista de los obsequios, efectivamente, aparece en la mesa de regalos para novios, pero no fue abierta, ni por ella ni por su pareja.

Todo fue parte de una estrategia de “fuego amigo” para que la gobernadora de Morena en Guerrero se confrontara con miembros de su propio partido, en donde hay divisiones muy profundas, y con adversarios externos.

Para estos adversarios, inventarle una boda a la gobernadora y, sobre todo, una con grandes lujos, en un momento donde se requiere todo el recurso y su esfuerzo para lograr sacar adelante ese estado que ha sido tan golpeado por los fenómenos meteorológicos como los huracanes Otis y John, es ideal para generarle un conflicto social y mediático.

La idea es golpear a Evelyn Salgado inventándole una boda. La realidad es que la gente de la 4T que ha hecho bodas, algunas lujosas, otras no tanto, han tenido afectaciones serias en sus carreras políticas.

En la polémica

La boda de César Yáñez y Dulce Silva, tuvo lugar septiembre de 2018.
La boda de César Yáñez y Dulce Silva, tuvo lugar septiembre de 2018. ı Foto: Especial

Recordemos varias historias.

Cesar Yáñez fue el fiel compañero de lucha del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Fueron años en los que Yáñez lo acompañó a recorrer todo el país, muchas veces en las peores circunstancias, malpasándose y durmiendo en cualquier hotel de carretera. Así pasó casi 20 años. La relación con quien sería el Presidente de la República era tan cercana, que quien se quisiera comunicar con López Obrador lo hacía casi siempre por medio de Yáñez.

Yáñez fue siempre un hombre comprometido con su jefe, un trabajador leal. La gente cercana, en ese entonces, a López Obrador, no tenía la menor duda de que cuando asumiera la Presidencia él sería, por lo menos, su director de Comunicación Social. Pero una boda acabó con lo que habían sido sus últimas dos décadas de trabajo incondicional.

Yañez se casó con la rica empresaria Dulce Silva. Para ella, hacer una boda grandiosa era una forma de reivindicarse con una sociedad donde había sufrido persecución. Para él, darle gusto a la mujer con la que se casaría. Dicen que Yáñez ni siquiera se había involucrado en los detalles de la boda, estaba muy ocupado en el cierre de campaña del 2018, donde ganaría López Obrador la Presidencia.

Pero fue una boda “muy fifí”, asistieron 600 invitados. En la cena se sirvió langosta, espárragos, filete de res y postres variados.

Para amenizar el evento llegaron Los Ángeles Azules, y para acabar con la suerte política de Yáñez, los novios aparecieron en la portada de la revista de sociales Hola.

Ese evento fue el acabose de Yáñez con AMLO, fue relegado y le dieron un puesto menor, un cargo sin encargo.

Otra boda que afectó carreras políticas importantes fue la de Santiago Nieto, en ese entonces titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), con la consejera electoral Carla Humphrey, en una boda con sus familiares y amigos más cercanos, realizada en Antigua, Guatemala.

Era una de las parejas de poder más importantes del inicio del sexenio de López Obrador. Él estaba trabajando en varias investigaciones muy serias de corrupción y de distintos grupos criminales. Ella. después de trabajar en órgamos electorales locales, llegaba a ser consejera del INE.

En redes sociales y medios de comunicación se dijo que había sido una boda fastuosa y repleta de lujos, la verdad es que no fue así. Fue una boda sencilla, en la cual los novios trataron que fuera un evento relativamente íntimo.

¿Qué sucedió? Uno de los invitados fue extrañamente detenido por las autoridades guatemaltecas al llegar a ese país, y con ellos viajaba una funcionaria del Gobierno de la Ciudad de México, la entonces secretaria de Turismo de la capital, Paola Félix. Ella perdió su cargo y la boda de Nieto y Humphrey se volvió un escándalo. Nieto salió de la UIF y del círculo cercano del Presidente López Obrador y los novios fueron duramente criticados.

El expresidente López Obrador, en su momento, dijo que los funcionarios públicos debían actuar con moderación y austeridad, pues están expuestos a escrutinio, y declaró respecto a la boda entre el titular de la UIF y la consejera del INE, que “hay que recomendarles a los servidores públicos que actúen con moderación, con austeridad, y que sigan el ejemplo de (Benito) Juárez, que decía que el servidor público debía aprender a vivir en la justa medianía”.

Es injusto que alguien sea juzgado por su boda, pero son las reglas no escritas de esta 4T, por lo menos en el periodo de López Obrador.

Inventarle una boda lujosa a una gobernadora en funciones de Morena, es una estrategia para tratar de debilitarla.

Pero no funcionó, porque Evlyn Salgado, sencillamente, no se casa.

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