Días muy complicados se viven actualmente en temas de política exterior entre nuestro país y el vecino del norte. Como era de esperarse y de acuerdo con los pronósticos de los expertos, el nuevo mandato de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha comenzado a tambor batiente.
Deportaciones masivas de inmigrantes latinos, amenazas de incrementos de aranceles a productos importados, aviones militares de origen estadounidense dando un paseo muy cerca de Sinaloa, los narcos siendo reclasificados como terroristas. Se avecinan tiempos difíciles, muy turbulentos.
Los discursos de odio generan eso, mucho odio. Y desde hace tiempo se ha vuelto a propagar por el mundo un nacionalismo que evoca a aquella ideología que provocó la Segunda Guerra Mundial. Hoy por ejemplo, Rusia y Estados Unidos se autoproclaman como naciones superiores a las demás.

Luz Elena encabeza encuentro
El malestar social ante estas medidas agresivas ha generado diversas respuestas, como la de boicotear el consumo de productos de origen estadounidense como el refresco favorito de Mr. Trump. No suena mal dejar por un tiempo los refrescos, sobre todo por un enfoque más de salud, porque no podemos olvidar que México es uno de los principales consumidores de bebidas azucaradas del mundo, y con principales problemas de obesidad infantil, diabetes e hipertensión.
Ok, no está mal dejar el refresco, pero podríamos por ejemplo boicotear el Super Bowl que este domingo será transmitido a miles de millones de personas en el mundo. Tema complicado para los mexicanos que somos fervientes seguidores de un deporte que adoptamos de Estados Unidos. Y peor aún, Donald Trump anunció que asistirá personalmente al Superdome de la ciudad de Nueva Orleans a presenciar el juego, lo que lo convertirá en el primer presidente en funciones que asistirá al juego más importante de la NFL. Así que para los anti Kansas Chiefs, la buena noticia es que Taylor Swift no se robará las cámaras, la mala, para todos los fans, que Trump quiere robarse el show.
La presencia del mandatario en uno de los espectáculos más grandes del planeta no es casualidad, es un mensaje claro a todo el mundo. Eso sí, la NFL se desmarcó rápido de las nuevas políticas laborales de equidad, inclusión y diversidad que las empresas debían adoptar con su nuevo mandato. El comisionado de la liga, Roger Goodell, se posicionó en contra de las nuevas medidas con el siguiente mensaje: “Nuestros esfuerzos de diversidad nos han ayudado a hacer mejor a la NFL. Nos hace mejores tener diferentes perspectivas y trasfondos. No importa si eres hombre o mujer, o gente de color. Nos hacemos fuertes y mejores con ello. Ganamos en el campo con el mejor talento y los mejores entrenadores. Lo mismo ocurre fuera del campo”.
Son tiempos difíciles, en los que pareciera que uno debe tomar un bando u otro. Es decepcionante mirar que en nuestro propio país hay personas afines a estas políticas y medidas que sólo desequilibran la armonía (la poca que existe). En el futbol americano siempre dicen que recorrer la última yarda es lo más difícil, pero en unidad, juntos, como un verdadero equipo, boicoteando el odio entre nosotros, podremos aguantar la presión y meter el balón en zona de touchdown, porque ya estamos en cuarta y última.
