El invencible verano de Liliana

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Esta semana la maestra Cristina Rivera Garza ganó el premio Pulitzer, uno de los más importantes y reconocidos a nivel internacional para una persona comprometida con la denuncia social, la literatura y la investigación. El premio no nos sorprende porque más bien ubica en su justa dimensión la figura de una mujer quien desde el principio de su carrera ha sabido hacer de la literatura un poderoso instrumento de la denuncia y de la reflexión de las complejidades humanas.

Para quienes la hemos leído y seguido de cerca desde hace ya un tiempo, sabemos que ella es un punto y a parte en la literatura mexicana, el Premio Pulitzer viene a visibilizar aún más la estatura de su figura cuyo nombre se escribe con mayúsculas porque desde sus inicios, dio muestras de una voz narrativa potente, original e impecablemente asombrosa. Cristina Rivera Garza originaria de Matamoros, Tamaulipas, con una obra tan prolífica como laureada que va desde el ensayo, cuento, novela, poesía y libros especializados acerca de temas específicos que se pueden leer en Lo anterior, Verde Shanghai, Nadie me verá llorar, o, La frontera más distante (por citar algunas de sus obras) actualmente atrae la atención del mundo con El invencible verano de Liliana, una obra estremecedora por muchos motivos y que le han valido el Premio Pulitzer.

El invencible verano de Liliana es un libro conmovedor, una historia cercana, tan cercana que cala hasta los huesos. Se podría reflexionar que es una denuncia, pero más bien es un espejo que refleja la situación que viven las mujeres de nuestro país . En este caso, la obra trata de su hermana quien llega a la Ciudad de México para estudiar arquitectura, durante sus estudios sobresale por su inteligencia y su compromiso, su nobleza y sus ganas por vivir, por alcanzar sus sueños. Sin embargo, se involucra con un hombre que termina arrebatándole la vida y el victimario, en medio de una cortina de complicidad, de indolencia y una evidente corrupción, simplemente desaparece. El asesino cuyo nombre es señalado de manera contundente en una franca revelación de acontecimientos que se distinguen por su crudeza así como por una literatura que equilibra muy bien la realidad con los elementos narrativos, logra evadir las leyes y se esfuma, se ampara en la impunidad que como él gozan muchos victimarios en nuestro país.

El invencible verano de Liliana reafirma que, la mejor literatura es aquella que expresa con la sencillez del lenguaje las problemáticas sociales y personales más hondas. Los feminicidios y la complicidad no sólo de las autoridades sino de los familiares, tiene una voz narrativa que avanza de manera natural, clara y que va tejiendo lentamente la trama sostenida de manera firme por recursos periodísticos, notas personales y una escritura que tiene el poder de la verdad en cada verbo, en cada adjetivo, en cada metáfora, en cada figura y no hace otra más que ir armando este episodio que apagó la presencia física de su hermana a quien logra acompañar después de la muerte en esta denuncia en la cual, parece que las dos avanzan de la mano para hablar por ellas, pero también por todas las desaparecidas y asesinadas de México.

Por estos elementos El invencible verano de Liliana es ya uno de los grandes libros de la literatura mexicana e internacional. El Premio Pulitzer, es la consecuencia de un historial de valentía que ha forjado la personalidad de Cristina Rivera Garza.