Delia Giovanola: buscar hasta encontrar

Ha fallecido Delia Giovanola, la abuela buscadora; la mujer que por 39 años buscó a su nieto –nacido en un centro de torturas de la dictadura argentina–. Su figura se asocia al esfuerzo incansable por encontrar a los suyos, por defender a la familia de los horrores del poder totalitario. Y, sobre eso, se ha escrito suficiente.

Me gustaría, en vez, recordar a Delia como un ejemplo de lo que la resistencia ciudadana, la fuerza de cada uno, puede hacer para resistir y erosionar las estructuras de dominación política.

Delia, sin armas ni recursos, resistió y venció al terrorismo de Estado. En un artículo clásico, Ernesto Garzón Valdés definió el terrorismo de Estado como: “(…) un sistema político cuya regla de reconocimiento permite y/o impone la aplicación clandestina, impredecible y difusa, también a personas manifiestamente inocentes, de medidas coactivas prohibidas por el ordenamiento jurídico proclamado, obstaculiza o anula la actividad judicial y convierte al gobierno en agente activo de la lucha por el poder”.

Y esto es, precisamente, lo que resistió Delia Giovanola. Veamos paso a paso, hilando los elementos de la definición de Garzón Valdés, con la bitácora de detención arbitraria, tortura, asesinato de la hija de Delia que permitió el secuestro de su nieto, nacido en dichas circunstancias.

Para justificar la detención del hijo y la nuera de Delia, la dictadura militar determinó que los miembros del grupo EPR eran enemigos del Estado. Con ello, se echó a andar la mecánica del terrorismo de Estado:

a)     Afirmación de la existencia de una «guerra vertical» con un enemigo infiltrado en todos los niveles de la sociedad, que suele actuar como agente de una confabulación internacional, cuya finalidad es la eliminación de valores aceptados como absolutos por quienes detentan el poder.

El segundo paso consiste en la:

b)    Delimitación imprecisa de los hechos punibles y eliminación del proceso judicial para la determinación de la comisión de un delito.

De esta forma, la posibilidad de defensa de los detenidos se vuelve imposible.

El tercer paso fue:

c)     La imposición clandestina de medidas de sanción estatal prohibidas por el orden jurídico oficialmente proclamado (torturas y homicidio, entre otras).

Sobrevivientes del mismo centro de tortura, contaron a Delia Giovanola que, en diciembre de 1976, su nieto Martín nació sobre una mesa de la sala de torturas.

Pasados unos días, dieron en adopción al recién nacido. Con ello, completaron la cuarta etapa de la mecánica del terrorismo de Estado:

d)    Aplicación difusa de medidas violentas de privación de la libertad, la propiedad o la vida, con prescindencia, en muchos casos, de la identidad del o de los destinatarios de las mismas y de los actos u omisiones de los que puedan ser responsables; la aplicación de la violencia a víctimas inocentes contribuye precisamente a reforzar la ‘eficacia’ del terror.

A pesar de la asimetría entre las tácticas del Estado y las capacidades civiles, la resistencia de Delia logró dar el giro y el 22 de noviembre de 2015, la abuela se reencontró con su nieto.