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Productores, listos para la venta

Van por iluminar de naranja la CDMX con flor de cempasúchil

A la familia Martínez, de Xochimilco, le llevó tres meses la siembra de 120 mil ejemplares; cooperativistas reconocen que la semilla alemana da flores “más bonitas”

Trabajadores recorren la alfombra anaranjada en que está convertido este vivero, de San Gregorio Atlapulco.Foto: Eduardo Cabrera | La Razón
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Productores de las zonas rurales de la Ciudad de México se encuentran listos para la venta de flores de cempasúchil para este Día de Muertos, tras un proceso minucioso y de arduo trabajo que llevó meses.

En un invernadero ubicado en el pueblo de Santiago Tepalcatlalpan, en la zona alta de Xochimilco, la familia Martínez Tecpan cosecha los frutos de un trabajo que tomó más de tres meses, desde antes del 10 julio pasado, fecha exacta en que se debieron poner las primeras semillas para las 120 mil flores que hoy pintan de anarajando los campos de su cooperativa.

Esas semillas germinaron y brotaron en aproximadamente diez días, hasta convertirse en plantas que debieron crecer en una charola cerca de dos semanas más.

“Para los primeros días de agosto es cuando nosotros ya tenemos que sembrar en maceta, aquí en Xochimilco es más o menos ese tiempo; en otras partes del país, por ejemplo en Atlixco, Puebla o Atlacomulco, Estado de México, tienen otros calendarios por tener otro clima”, explicó a La Razón Erick Martínez Tecpan, uno de los representantes de la cooperativa Belaplant.

El proceso de este “noble trabajo” conlleva horas de esfuerzo de manos mexicanas, para permitir que el típico color anaranjado de estas flores llegue hasta las ofrendas de los hogares y decore las avenidas más importantes de la ciudad en esta temporada.

Para las primeras semanas de agosto, los productores ya deben tener sus macetas listas, así como un sustrato “pesado”, es decir, una mezcla de tierra negra con tierra de hoja y tepujal, el cual permite que haya mucha retención de agua y que por lo tanto la raíz tenga “un anclaje” adecuado para la nueva planta.

Tras limpiar y desinfectar el sustrato, principalmente del gusano conocido como “gallina ciega”, se llena la maceta —que regularmente tiene un diámetro de 10 pulgadas— y se pone una planta en cada una. A la semana se procede a hacer un despunte para que la planta genere una ramificación más grande.

Un mes después, a mediados de septiembre, la planta ya tiene sus primeros botones, alrededor de ocho o diez, por lo que se debe proceder a desflorar para permitir que el producto crezca como lo vemos en comercios y tiendas de flores, con hasta unos 18 botones, explicó Martínez Tecpan.

En tanto, en el pueblo de San Gregorio Atlapulco, ubicado en los límites de la alcaldía Xochimilco y el Estado de México, la familia Ibarra también alista la producción de esta flor, en jornadas de hasta 14 horas, ya que inician a las 7:00 de la mañana y concluyen muchas veces pasadas las 21:00 horas.

De forma anual, este invernadero produce entre 80 mil y 120 mil ejemplares de cempasúchil durante la temporada de Día de Muertos.

“Aquí sembramos de todo un poco”, contó a este medio Ricardo Ibarra, representante del invernadero, pues su familia se dedica a este negocio desde hace tres décadas.

Esta cooperativa está presente en la producción de flores para cualquier época del año: malvón, belén, violetas, dipladenias, jardineras y nochebuena, entre otras, explicó.

Los productores entrevistados siembran su cempasúchil con semilla extranjera —proveniente en muchos casos de Alemania— por una cuestión de estética, pues, explica uno de ellos, “la gente quiere más este tipo de planta, porque se ve más bonita en la maceta”.

Autoridades prevén derrama de 117 mdp

Tras la crisis que dejó la pandemia de Covid-19, este 2022 la producción de cempasúchil en la Ciudad de México alcanzará la cifra histórica de cinco millones de flores y dejará una derrama económica aproximada de 117 millones de pesos, calculan autoridades.

En la capital del país, esta flor se produce principalmente en tres alcaldías: Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, demarcaciones rurales donde el suelo de conservación y el clima permiten la germinación de esta semilla.

En los últimos años la producción de esta flor en la capital del país ha tenido un importante aumento, de acuerdo con las cifras del propio gobierno local. En 2018, en la Ciudad de México se produjeron 664 mil flores; cifra que aumentó en el 2019 a 900 mil flores.

Un año después, el aumento fue considerable, con la producción de un millón 200 mil ejemplares. Para 2021 la cifra pasó a 3.5 millones de flores, mientras que este año rebasará los cinco millones.

Desde la primera quincena de octubre, el anarajado de esta flor se puede ver en los mercados más concurridos de la ciudad, como Cuemanquito, el “Palacio de la Flor”, o el mercado de plantas de San Luis Tlaxialtemalco, ambos en Xochimilco, o en el mercado de flores de Jamaica.

Además, este año también se puede apreciar la tradicional flor en distintas avenidas de la ciudad, no únicamente en el Paseo de la Reforma, como ya es costumbre.

En total son 31.26 kilómetros los que están decorados con estas flores lo mismo en jardineras del Centro Histórico que en otras siete vialidades, como avenida Chapultepec, el Eje 6 Sur y Viaducto Río Becerra.

La especie que más se utiliza en las avenidas es la marigold, conocida por ser una bola de pétalos muy unidos.