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Richard Fortey, pensar sobre la vida

Richard ForteyFoto: Especial
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La palabra historia designa ante todo

A un proceso y quien dice proceso dice búsqueda…

-Octavio Paz

La reedición reciente del libro La vida. Una biografía no autorizada (Editorial Taurus, Madrid), de Richard Fortey (Londres, Inglaterra, 1946), paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de Londres, devela los procesos, ocultos en general, del sentido de la existencia, desde un punto de vista natural. Razón para mezclar en el volumen la historia y la narración, según el autor es la forma más sencilla de comprender no sólo la figura enigmática de nuestra civilización, sino descifrar que es consecuencia de una investigación que se va transformando con la historia misma. Dice Fortey: “Mi texto se detiene cuando la civilización y donde la prehistoria se difumina con la historia. Este es el momento en el que comienzan los archivos, en el que los humildes monolitos o los grandiosos monumentales nos cuentan de la inhumanidad de la humanidad o de sus aspiraciones hacia la deidad”.

Estas líneas establecen límites temporales; es decir, Fortey va narrando una historia de la vida, que culmina antes de que hombre como tal comience su largo recorrido. Una composición prodigiosa de ciencia, que o está en conflicto con la palabra, ni rechaza las virtudes necesarias como el uso de la metáfora. Ya no hablan las definiciones académicas, desde una visión erudita del autor. Es, al fin y al cabo, nuestra propia historia.

ForteyFoto: Especial

Fortey es un paleontólogo que estudia la evolución de los artrópodos y tiene un interés particular en los artrópodos marinos, trilobites, uno de los grupos de artrópodos más antiguos que existen. Los artrópodos son invertebrados con un esqueleto externo, un cuerpo segmentado y apéndices articulados.

“Se podría decir que siempre dice Richard Fortey- he sido un naturalista de corazón. Cuando estaba en el Museo de Historia Natural, tenía que ser un especialista porque para eso estaba empleado. Cuando comencé a escribir libros, era una forma de volver a ser más naturalista. Todavía estudio trilobites. La mayor parte de mi investigación científica se publica en trilobites, pero publiqué otras cosas en una gama mucho más amplia de cosas que también es parte de mi personalidad”.

El tema del libro es la historia de la vida, pero el autor no quiere exponerla como mera historia de biblioteca o de laboratorio, sino como lo hizo un investigador de campo que trazó el camino antes de dictar su lección o teoría. Por ello, cita sus diversos viajes de estudio: lugares como la Isla de

ForteyFoto: Especial

Spisberger, 80 grados norte, mucho más allá del círculo polar Ártico, la península Arábiga, donde junto al “desierto pedregoso aparecen colinas bajas con rocas sedimentarías que dan testimonio de una tierra” o más aún: la península de Burín, en el sur de Terranova, en la cual descubrió un modo de vida abstracto, impersonal y fascinante. Distinto y distante en su origen. Oscilación entre formas que no se distinguen fácilmente.

En cada línea de La vida. Una biografía no autorizada, el lector descubre expresiones mágicas: cómo surgieron las primeras células complejas; si los hongos mucosos pueden proporcionar un modelo para la vida, cómo evolucionaron los mamíferos en los diversos continentes (Sudamérica, por ejemplo, que fue una isla durante el Terciario; en Europa, visto desde el excepcional depósito fósil de Mersel, cerca de Frankfurt); esto es, todas las transformaciones que se han producido en el mundo con lo cual Richard Fortey encontró un material indiscutible para entender la vida, su propia vida, la cual le deparó y le sigue deparando muchas sorpresas. En suma, la vida es una maravilla decía Borges, y por qué no encontrar sus maravillas al leer y releer este libro, ya clásico dentro de la ciencia histórica contemporánea.