Ruth García plasma revelaciones íntimas en su poesía

La narradora y poeta Ruth García, quien ha colaborado en diversas antologías nacionales y extranjeras en el género del cuento, debuta como poeta con Piedra del ser (editorial Verso Destierro, 2024): cuaderno estructurado en tres secciones —“Piedra del ser”, “Cerco de piedras”, “Hay piedras”— en que un espejismo bordea el vacío y un grito franco sortea los vislumbres para dialogar con la “sombra que recorre las paredes enmudecidas”: ocurrir protagonizado por rituales de anímicas consonancias: “el día se ha vuelto noche / he perdido el pedernal que enciende la hoguera”, confiesa una voz que “avanza con sigiloso andar”.

Tiempo proyectado en invocaciones de ecos incubadas en una ubicuidad habitada por diosas que modulan vaticinios en los recodos de celajes aliados con la gracia del azogue: “toda reminiscencia es ya imprecisa / los días de aromas que alegraron su corazón: / hoy le aterran”. Despliegue de revelaciones íntimas: diálogo con el delirio en complicidad con el hechizo a través de un trenzado de visiones en comunión con el acto de ser.

“En este libro, donde me doy a conocer como poeta, la tradición, los mitos y los símbolos se han sincronizado con la modernidad en un despliegue que va más allá de la contemplación; voy al rescate de la Diosa que le precede en la búsqueda y el logro de suscribir un equilibrio entre lo estético y la emotividad, entre el ‘poeticismo’ lógico que se establece en el acto de escribir versos y la musa que lo conmina”, expresó a La Razón, Ruth García.

Piedra del ser: ¿título con resonancias metafísicas? La piedra es un símbolo universal que ha tenido connotaciones trascendentes a través de la historia de la humanidad, más que todo como signo de lo eterno. La piedra ha sido un elemento, desde el principio de los tiempos, que los seres humanos han visto con atrayente curiosidad por su resistencia ante los embates del tiempo.

¿Piedras que proyectan fuerza desde alegorías verbales? Mi interés está en suscribir una poesía llena de fuerza que sostiene la inercia de las piedras evidentes y ocultas entre sus letras. La piedra como símbolo del mundo interior, como residencia de las almas capaces de profetizar y gestar la magia que transforma realidades.

¿Estrofas que apelan a los mitos y a los hechizos? Palabras mágicas, hechiceras y protectoras unidas a los mitos de todos los tiempos y espacios, que se confabulan, cruzan los portales y espejos entre delirios, ironías, metáforas, eufemismos e imágenes a veces desgarradoras.

¿Versos que avizoran la realidad desde lo crepuscular? Sí, hay un siseo musical aquí en este libro que acompaña los zigzagueantes y laberínticos versos que llevan a tener una visión del mundo desde la sombra, desde la pulsión de vida y muerte de las piedras fragmentadas.

¿Exergos de poetas que han tenido influencia en su faena lírica? Citas que muchas veces engrandecen al poema. Acudo a Gabriela Mistral, González Rojo, Pita Amor, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni o Antonio Machado: poetas concluyentes en mi formación.

¿Cuál es la propuesta central del poemario? Piedra del ser propone un discurso lírico en complicidad con elementos fulgurantes: una poesía libertaria que conjura, una lírica donde serpientes y piedras aliadas deambulan entre sombras y luces que deslumbran.

Piedra del ser