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Delirios y visiones

El sino del escorpión 

BrownieFuente: recetastips.com
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Hundido hasta el fondo de su grieta en el muro, el arácnido se mira exhausto por la tensión ante la emergencia de la pandemia y la rutina del encierro consuetudinario. El trabajo en casa 24/7, el Zoom, la distopía nuestra de cada día, la posibilidad de contagio y la perspectiva del fin de año en estas condiciones de incertidumbre, lo tienen insomne y ansioso. Además, el alacrán ha visto a la dama de la guadaña enseñorearse ya de sus cercanías.

Tales inquietudes alientan en él delirios nocturnos, alucinaciones ominosas, visiones del Apocalipsis. Tuvo la visión, por ejemplo, de ocho millones de pesos en bolsas de pan pasando de unas manos a otras hasta terminar en una enorme maleta rodante. Alucinó luego una crónica de la muerte anunciada del PRI y la graciosa huida de políticos y exfuncionarios durante el funeral. Vio, incluso, más noticias falsas que en casi cualquier otro país del mundo y hasta el veraz y oportuno desmentido de esta noticia.

El alacrán vislumbró también cómo fue despojado de su triciclo de trabajo el vendedor de pan y café, y el desalojo de ambulantes de las calles de Polanco por exigencia de los vecinos, hartos de tanto estorbo en rumbo al famoso restaurante donde venden las tlayudas más pequeñas y caras del mundo, el mismo donde no se sirven chiles toreados porque son, literalmente, de mal gusto.

Fue tan profundo que prefirió atribuirlo al cannábico brownie del desayuno

Y aún más, luego de comprobar cómo la televisión arruinó la imaginación y creatividad de varias generaciones, el escorpión vio oficializarse a este medio, unilateral y promotor de la pasividad, como único instrumento posible de educación en la realidad educativa emergente, mientras la brecha tecnológica se ensancha en favor de los sectores privilegiados.

En otro apocalipsis instantáneo, el rastrero barruntó la precarización del periodismo cultural, sostenido apenas por un alfiler (o un clip) en los grandes diarios del país.

Pero la visión hipnótica más memorable del artrópodo tuvo lugar en julio, cuando percibió una majestuosa parvada de aves blanquecinas surcar el luminoso cielo azul de la región más transparente del aire en el Valle del Anáhuac. El impacto de la imagen transportó al venenoso a tiempos inmemoriales y fue tan profundo que prefirió atribuirlo al cannábico brownie del desayuno, antes que a cualquier posibilidad real de mejoría en nuestro medio ambiente.

En un último y engañoso delirio, el arácnido tuvo la visión de la superación de la humanidad tras la lección del Covid-19, pero igual supo que en cuanto todo esto pase volveremos indefectiblemente al capitalismo salvaje, la supervivencia desesperada y la lucha por el trabajo, el dinero, el poder.