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Diversa Cultural

Diversa Cultural Foto: Mujeres y libros. Una pasión con consecuencias, Wikimedia Commons y Ricardo Ajler / elortiba.org
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POLVO AFRICANO

Las minas del Rey Salomón fue la película que más me obsesionó de pequeño. Nunca he vuelto a verla, pero aún conservo imágenes de ella. Guerreros watusi con rayas de arcilla roja pintadas en la nariz. Cintos negros cruzados en sus pechos a modo de adorno. Dientes afilados como alfileres. Leones que le desgarran el brazo a alguien. Moscas posándose en el labio de alguien, y ese labio inmóvil. Antorchas en cuevas. Joyas azules rodeadas de calaveras. Aquel actor inglés muerto de miedo.

El cine Rialto era un lugar oscuro y almizcleño en pleno día, y yo me metía tan absolutamente en el mundo de la película que la sala se convertía en parte de su paisaje. El paseo en busca de palomitas de maíz al final del pasillo negro, mientras sonaba atronadora la música y los niños se agitaban en sus asientos, todo formaba parte de la trama. Me encontraba en la cueva del Rey Salomón, comprando caramelos. Los bombones eran joyas. Los acomodadores eran árboles de la selva. En los lavabos rugían las panteras. 

En una ciudad poblada por blancos de carne y hueso, olí a polvo africano durante varios días. 

Sam Shepard, Crónicas de motel, Compactos Anagrama, 1989.

King_Solomon's Mines portada del comicFoto: Wikimedia Commons

SEÑALES

[…] Mi designio estriba sólo en contar, al margen del relato que voy a escribir, los episodios más notables de mi vida tal como yo la puedo concebir fuera de su plan orgánico y en la medida en que está entregada a los azares pequeños y grandes, en que respingando contra la idea común que de ella me hago, me introduce en un mundo como prohibido, que es el de los acercamientos súbitos, de las pasmosas coincidencias, de los reflejos por encima de cualquier otro impulso mental, de los acordes tocados en el piano, de los relámpagos que harían ver, pero ver, si no fueran más rápidos aún que los otros. Se trata de hechos cuyo valor intrínseco es sin duda poco controlable, pero que, por su carácter absolutamente inesperado, violentamente incidental, y el género de asociaciones sospechosas que suscitan, una manera de hacerlos pasar del hilo volandero a la telaraña, es decir, a la cosa que sería la más centelleante y graciosa del mundo, aunque estuviera en un rincón o afuera, en la luz; la araña; se trata de hechos que, aunque fuesen del orden de la comprobación pura, cada vez presentan todas las apariencias de una señal, sin que a ciencia cierta pueda decirse de qué señal se trata;

de hechos que hacen que en plena soledad yo me descubra inverosímiles complicidades que me convenzan de mi ilusión siempre que me creo solo al timón del navío. […] 

André Breton, Nadja, traducción de Agustí Bartra, Joaquín Mortiz, 1967.

METAMORFOSIS

[…] Todos sabían que la iguana verde, la mariposa nocturna, el perro desconocido, el alcatraz inverosímil, no eran sino simples disfraces. Dotado del poder de transformarse en animal de pezuña, en ave, pez o insecto, Mackandal visitaba continuamente las haciendas de la Llanura para vigilar a sus fieles y saber si todavía confiaban en su regreso. De metamorfosis en metamorfosis, el manco estaba en todas partes, habiendo recobrado su integridad corpórea al vestir trajes de animales. Con alas un día, con agallas al otro, galopando o reptando, se había adueñado del curso de los ríos subterráneos, de las cavernas de la costa, de las copas de los árboles, y reinaba ya sobre la isla entera. Ahora, sus poderes eran ilimitados. Lo mismo podría cubrir una yegua que descansar en el frescor de un aljibe, posarse en las ramas ligeras de un aromo o colarse por el ojo de una cerradura. Los perros no le ladraban; mudaba de sombra según le conviniera. Por obra suya, una negra parió un niño con cara de jabalí. De noche solía aparecerse en los caminos bajo el pelo de un chivo negro con ascuas en los cuernos. […] 

Alejo Carpentier, El reino de este mundo, editorial Andrés Bello, 1993.

Alejo Carpentier, por Ricardo AjlerFoto: Ricardo Ajler / elortiba.org

TEATRO DEL ABSURDO

EC3PDF: La Razón de México

Samuel Beckett, Esperando a Godot, traducción de Ana María Moix, Tusquets, 2014.

Esperando a Godot, Buenos Aires 1956Foto: Wikimedia Commons

MARILYN LEE A JOYCE

Un día de verano del año 1955, [la fotógrafa] Eve Arnold fue a buscar a su modelo a casa del poeta y novelista Norman Rosten. Marilyn llevaba con ella una edición de Ulises, de James Joyce. […] Cuando Eve Arnold y su modelo se detuvieron en un parque infantil, ésta última sacó Ulises y se enfrascó en él mientras Eve introducía la película en la cámara. Y como es natural, accionó el disparador. ¿Gustarían estas fotos al público al que iban destinadas? [la revista masculina Esquire] Más bien no, de seguir la bella interpretación de la imagen que proporcionó la escritora y feminista británica Jeanette Winterson: 

.PDF: La Razón de México

Stefan Bollmann, Mujeres y libros. Una pasión con consecuencias, prol. Lola Larumbe Doral, traducción de María José Díez, Seix Barral, 2015.

Marilyn MonroeFoto: Mujeres y libros. Una pasión con consecuencias