Motomami, el viaje personal y experimental que consagra a Rosalia

De Motomami, Rosalía ha dicho que es un disco donde ha hecho lo que le apetece, lo que le ha salido del alma y donde ha plasmado sus influencias musicales, desde el flamenco y el reguetón, hasta el bolero cubano, el pop y el R&B, pero también ha recurrido a guiños hacia la pintura, la moda y el cine. Todo mezclado en un aparente caos en el que la intérprete española ha cuidado cada detalle, porque trató de llegar “a la esencia”. El álbum, que se ha colocado en los primeros lugares de las listas de popularidad, que ha obtenido una calificación de 94 en Metracritic, la mayor para un disco en español, que ha sido reseñado por expertos en música y hasta por politólogos y que ha inundado TikTok, se ha convertido en todo un fenómeno.

Hay quienes destacan que una de las virtudes es que la intérprete de “Con altura” ha borrado y diluido las líneas convencionales que definen culturas, géneros y estereotipos. Ha jugado con la experimentación para fusionar sonidos afrocaribeños como el reguetón, el bolero y la bachata, así como la balada, el flamenco y la música electrónica. Además ha incorporado palabras del caló en España, en Latinoamérica y hasta en Japón, con letras salpicadas de vivencias personales y del sentir de Rosalía.

Es gracias a lo anterior que Metacritic le dio un puntaje de 94, superando a los discos Lemonade y Renaissance, de Beyoncé; Melodrama, de Lorde; y Red, de Taylor Swift. Logró debutar en el número 1 de la lista global de álbumes de Spotify, un logro inédito para un artista en español; y se colocó en la lista de Billboard 2022.

Para el disco se ha unido con pesos pesados como Pharrel Williams (productor de Hentai), El Guincho o Tainy, involucrados en temas como “Candy” o “La Fama”, junto a The Weeknd. También detrás del Motomami hay mujeres exitosas involucradas, Carlota Guerrero, fotógrafa y directora de arte que se ha encargado del imaginario visual de las motos y el poder femenino.

Desde la manera de lanzar el álbum la vocalista rompió esquemas, primero causando expectativa meses antes en TikTok, la red social del momento, con una serie de videos que dejaban algunas claves de lo que sería su nuevo disco; y luego estrenando temas del Motomami en un concierto en vivo en la plataforma.

El show pensado para que los fans lo disfrutaran desde su celular, de momentos parece que Rosalía está tomando un dispositivo móvil y grabándolo como un video común de TikTok, pero en cada canción hay una escenografía, atuendo y coreografías muy bien estudiadas. El video de ese concierto ha alcanzado en YouTube más de cinco millones de vistas.

La portada del disco y el concepto “Motomami” también han sido muy comentados. El primer aspecto por aludir al lienzo El nacimiento de Venus, del renacentista Sandro Botticelli, pero Rosalía se presenta como una Venus moderna y futurista; definir qué es una “Motomami” ha sido fundamental en esta nueva etapa musical de la intérprete.

Con las canciones del Motomami, la intérprete también ha creado tendencia, desde el baile pensado para TikTok con “Chicken Teriyaki”, hasta su irreverente y divertida “Hentai”, en la que habla abiertamente del placer y la sexualidad, pero con un toque de humor, lo cual le generó críticas y también aplausos al abordar esa temática en la que hasta hace algún tiempo se consideraba que una mujer cantante no podía abordar; “Saoko”, donde hace un homenaje al reguetón clásico de Daddy Yankee y Wisin, pero incorporando un preludio de jazz.

Rosalía ha definido Motomami como un disco minimalista, prueba de ello es “Abcdefg” y “Chicken Teriyaki”, la canción más fácil de tocar en la historia, ya que utiliza una sola nota, ha comentado el productor Jaime Altozano.

La española también ha hecho de su Motomami World Tour toda una tendencia y hasta inspirado memes por el gesto que hace en “Bizcochito”. El domingo hace la primera parada en México, en el Auditorio Nacional, día en que sus fans esperan escuchar en vivo “Despechá”, lo nuevo de Rosalía, donde vuelve a romper esquemas y a enseñar que se puede estar con el corazón roto, desde la playa con los amigos, sonriendo y disfrutando.