Por si faltaba un ingrediente en el caldo de cultivo de crispación, ayer la jerarquía de la Iglesia católica se sumó a la ola de críticas en contra de la reforma al Poder Judicial, la cual, afirmó, no responde a una revisión integral del sistema judicial en México. A través de la Conferencia del Episcopado Mexicano, los obispos del país advirtieron que la enmienda no garantiza una mejor y más cualificada impartición de justicia y, por el contrario, afecta la autonomía del Poder Judicial y pone en entredicho la división de poderes que establece la Carta Magna. Los líderes del Episcopado, encabezados por su presidente Rogelio Cabrera López, pegaron el grito en el cielo contra dicha reforma porque, dijeron, politiza y debilita la impartición de justicia en México y, lo más preocupante, apuntaron, no ofrece ninguna garantía para superar la corrupción y la impunidad que requiere urgentemente la ciudadanía. Uf.
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