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Advierten de superdiseminadores del virus

Aun en alerta, el mundo se rehúsa a cancelar Navidad

Ignorar las medidas puede desencadenar crisis mayor; países establecen protocolos para la cena de Nochebuena y Año Nuevo

Una mujer camina frente a un escaparate con luces de colores en Tokio, Japón, el sábado.Foto: Reuters 
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Navidad, una de las celebraciones más esperadas del año, se topa este 2020 con un mundo acechado por el Covid-19, que se vuelve más peligroso cuando las personas se reúnen o celebran. Autoridades en todo el mundo imploran mesura, distanciamiento social, resguardo y evitar fiestas masivas; aun así, ciudadanos de varios países no piensan dejar pasar el momento para el encuentro, los abrazos y el ambiente festivo.

Con base en la experiencia y que la cifra diaria de casos nuevos no baja del medio millón, de acuerdo con el recuento de la Universidad Johns Hopkins, el escenario es sombrío y expertos ya advierten una temporada de superpropagación, si las personas no cancelan sus planes.

Un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud en febrero pasado, reveló que el virus se propagó como plaga dentro de los hogares en China.

.Gráfico: La Razón de México

En ese país, hasta 85 por ciento de la infección surgió en el seno de las familias. “Ya estamos en un alto nivel de propagación comunitaria y a punto de ver a mucha gente viajando y reuniéndose en el interior”, escribió Julia Marcus, epidemióloga de la Universidad Harvard, en un estudio publicado por Nature.

La temporada invernal en el hemisferio norte también es un factor clave en el repunte contagios, así lo consideró Jesús Miguel Torres, científico virólogo, quien explicó a La Razón que este repunte ya se contemplaba, pues, debido a las bajas temperaturas, la gente se mantiene más tiempo en lugares cerrados.

“Hablamos en realidad de superdiseminadores, personas que pueden eliminar grandes cantidades de virus al aire y contagiar a mucha gente”. detalló.

La pregunta es si, frente a estos hechos y la crisis sanitaria actual, hay alguna manera de rescatar la Navidad. Un estudio de la OMS sugiere que limitar las reuniones a 10 personas o menos puede reducir la tasa de transmisión del Covid-19.

“Lo más útil es que la gente se reúna sólo con la familia nuclear, no es la mejor idea salir a comprar regalos navideños, porque se trata de eventos de superdiseminacion”, explicó.

En Europa, por ejemplo, los gobiernos sugirieron un máximo de seis personas por mesa. Francia, tras vivir un nuevo pico de contagios, aprendió la lección: “es complicado, pero debemos reducir el número de personas en la mesa, cambiará mucho la forma en que celebramos”, consideró la farmacéutica Catherine Benchetrit en entrevista para La Razón.

La sugerencia del presidente de la Comisión Médica de Hospitales Públicos de París, Rémi Salomón, posiblemente sea tomada muy en cuenta: “Podemos comer con nuestros abuelos en Navidad, pero ellos en la cocina y nosotros en el comedor”.

.Gráfico: La Razón de México

DIFERENTES CULTURAS, MISMA AMENAZA. A más de un año del primer caso de Covid-19, la pandemia no cesa y la luz al final del túnel, a pesar de la distribución de vacunas, se ve lejana. Así lo ve Laura García, residente de Moreno Valley, California, quien piensa que la crisis ya está fuera de control.

En los últimos meses, cada vez hay menos espacio en hospitales públicos, la demanda aumenta y el personal no se da abasto. “En Los Ángeles, ha pegado más fuerte; en Linwood, el hospital San Francis atendía a enfermos de Covid y estaba muy tranquilo, ahora ya no hay camas. Están colapsados”.

Sin embargo, aún con la situación desbordada, la pandemia no impactará demasiado en la forma en que celebran los estadounidenses. “No creo que la gente se deje de reunir (…) a la gente le gusta viajar, salir… aunque algunos no tengan seguro médico”, dijo.

Lo mismo ocurre en América Latina, donde las muertes por Covid-19 ya son más de 360 mil; el llamado a quedarse en casa y evitar las reuniones poco ha funcionado en países donde la aprobación gubernamental es mínima. “Ante un anuncio del gobierno, la gente cree nada o casi nada de lo que se dice”, opinó Sebastián Cárdenas, consultor político, uno de los cerca de 15 millones de latinoamericanos que lucharon contra la enfermedad.

Y a pesar de que organismos internacionales, como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) urgen a no relajar las medidas durante esta temporada de fiestas, en Quito, congregarse con la familia es una manera de volver a la normalidad a pesar del riesgo que implica. “Es un escape para este año terrible”, comentó.

Con un planeta ansioso de motivos para celebrar, muchos se olvidan del aprendizaje tras la crisis sanitaria.

Para Laura García, de California, “si después de tantos muertos… no hemos aprendido a cuidarnos, nada se aprendió”. Pero Sebastián cree que la lección tiene que asimilarse con cuidado. “Tenemos que valorar más lo que tenemos porque se acercan retos para toda la humanidad, tal vez más pandemias”.

Ante un virus que ahora parece robarse la Navidad… Catherine opina: “a pesar de todo, me siento optimista, creo que las cosas mejorarán, la mentalidad ayuda, pero espero que las personas sean más inteligentes”. 

.Gráfico: La Razón de México