Denuncia embajador la dictadura de Ortega

Al asegurar que ya no se puede “guardar silencio y defender lo indefendible” en Nicaragua, el embajador de Daniel Ortega ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, denunció que en su país sí hay una dictadura, declaración que la oposición ve como un signo de esperanza.

En su sorpresivo discurso ante la sesión virtual del Consejo Permanente del organismo, el diplomático admitió que denunciar ese régimen no es fácil, pues desafiar al mandatario involucra un riesgo, pero insistió “tengo que hablar, aunque tenga miedo, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos (…) porque si no lo hago las piedras mismas van a hablar por mi”.

En sólo unos minutos reconoció lo que tanto han denunciado opositores, dirigentes políticos y defensores de derechos humanos, al señalar que es un mensaje que servidores públicos, militares y civiles desean dar para dejar de fingir, al ser obligados a repetir consignas en favor del gobierno sandinista.

El diplomático sostuvo que con un saldo a cuestas de 170 presos políticos y más de 350 muertos en el país desde 2018, en referencia a la revuelta de miles de estudiantes contra el régimen, llegó el momento de admitir lo que ocurre en la nación centroamericana, pues ya no se puede engañar a la gente, especialmente cuando más voces, de ciudadanos y organismos, se unen para repudiar al régimen de Ortega, quien apenas en enero asumió su cuarto mandato consecutivo, pese al desconocimiento mundial de su reelección tachada de “farsa electoral”.

McFields ante las Naciones Unidas agregó que el año pasado, luego de la intención de salir del organismo, abogó por la liberación de al menos un grupo reducido de presos políticos, pero funcionarios del régimen rechazaron su petición al señalar que se enfrentarían a represalias de Ortega; hecho que dijo se repitió en múltiples ocasiones, pero en cada intento por hablar sobre esta situación o hablar a nombre de la disidencia se le cerraron las puertas.

Y ratificó que como diplomático cree que “en momentos complejos y de crisis democráticas” siempre se debe apostar por el diálogo, mismo que ha negado el presidente sandinista a toda la oposición, pero la crisis actual en Nicaragua “supera mis pocas capacidades diplomáticas” con un acumulado de organizaciones y hasta universidades desaparecidas.

En respuesta, la dictadura declaró, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, que McFields carece de facultades para dar estas declaraciones, pese a ser su delegado ante las Naciones Unidas.

“Arturo McFields no nos representa, por lo que ninguna declaración suya tiene validez”, sostuvo en un comunicado la Cancillería centroamericana al recordar que el funcionario fue reemplazado hace meses por Francisco Campbell, quien, insistió, está debidamente acreditado ante el organismo.

En tanto, la OEA, líderes de oposición y partidos políticos acotados por Ortega y su esposa, Rosario Murillo, reconocieron la valentía por su discurso esperanzador.

La dirigente política exiliada Kitty Monterrey resaltó que, pese al férreo control del régimen, “hoy vemos con esperanza lo que parecía imposible”, en alusión al mensaje de McFields, pues incluso afines a Ortega comienzan a admitir la crisis en que se encuentra el país.

Por separado, la organización Ciudadanos por la Libertad, a la que pertenecen varios de los aspirantes presidenciales detenidos y condenados por atentar contra la soberanía nacional, aplaudió el paso que dio el funcionario como representante de esa dictadura, mientras que la Unidad Nacional Azul y Blanco resaltó que integrantes del régimen se atrevan a exponer la situación nicaragüense.